Según km77, próximamente llegará a España una motorización de acceso para el Volkswagen Golf, una versión recortada del 1.2 TSI, con 85 CV de potencia. Homologa 5,5 l/100 km, acelera a 100 km/h en 12,3 segundos y consigue una punta de 178 km/h. A día de hoy, no se vende en España el Golf con menos de 105 CV.
En el configurador alemán del Golf, ese motor ya está disponible, y hay otro por debajo, un 1.4 atmosférico de 80 CV, con un consumo más elevado (6,4 l/100 km) y peores prestaciones. Partamos de la base de que el mero hecho de aparecer en el configurador alemán no implica que vaya a venderse en el resto de mercados.
No sería la primera vez que en el mercado alemán hay motorizaciones que no llegan a España, el principal motivo es que los de marketing no creen que sea procedente o que vaya a haber suficientes ventas. Pero, ¿tiene sentido un coche de este tamaño y peso con motores tan justos?
Para cada conductor y cada necesidad hay un motor adecuado
He estado en Alemania tres veces, y una de las cosas que llama la atención de Europa central es la poca cantidad de desniveles que hay. Cierto es que en Alemania en algunos tramos de Autobahn no hay límites de velocidad, pero en el resto del país, la mayoría, los límites son como los de aquí.
¿Tiene sentido un Golf con 80 CV, pesando 1.217 kg en vacío? Al menos en Alemania sí. Con un precio de salida de 16.825 euros en acabado Trendline, hay gente para la que esa potencia es suficiente. Son 172 km/h de punta y 13,9 segundos para hacer el 0-100 km/h. Es decir, prestaciones de utilitario.
Sin embargo, para una persona que se mueva fundamentalmente por grandes áreas urbanas o autopistas de Alemania, puede no necesitar más coche. Por ejemplo, Berlín es una ciudad inmensamente extensa, unos 40 km de punta a punta. Con casi todo limitado a 50 km/h y la vía de circunvalación a 80 km/h no necesita más.
Para quienes quieran visitar parientes a 400 km y dispongan de una Autobahn como nexo, pueden ir a una velocidad de crucero de 150 km/h con tranquilidad, aunque vayan cargados, otra cosa es el tiempo que le cueste recuperar el ritmo si ha habido que ralentizarlo por el tráfico, la señalización o cualquier otra causa.
Además, hay que cubrir el segmento de población que quiere un Golf. Y punto. Le da igual que no corra, que tenga volante de plástico o tapacubos. Quiere un Golf, no un Polo. Las prestaciones, poco relevantes, el precio, muy relevante. Los alemanes no son tontos, desde luego.
Pero ahora pasemos al caso patrio. España es un país mucho más montañoso, con grandes desniveles de altitud, que no benefician a coches con relación peso/potencia tan justa. Y no hablo de ir corriendo, sino de circulación normal. Luego hay otro detalle, el del estatus que representa un coche así.
Me cuesta pensar que el 1.4 atmosférico de 80 CV pueda subir alegremente las rampas de salida de Madrid o Valencia por la A-3, con cinco ocupantes, el A/C y algo de peso en el maletero. Es un caso muy razonable… creo que a 120 km/h esas rampas no las sube, quizás a 100 km/h sí, pero en cuarta.
Ahora bien, el 1.2 TSI de 85 CV tiene una gran ventaja: la sobrealimentación. Mientras que el 1.4 80 CV atmosférico entrega 132 Nm a 3.800 RPM, el 1.2 TSI de 85 CV entrega 160 Nm entre 1.500 y 3.500 RPM. La diferencia en caballos, poco relevante, la diferencia en par, decisiva.
Con este motor sí soy capaz de imaginar el ascenso en cuesta en las condiciones descritas, igual a 120 km/h clavados no puede con un desnivel del 10% y el peso señalado, pero desde luego aguantará mejor que el raquítico 1.4 atmosférico. Es la magia del turbo.
Luego está el típico cliente que hace pocos kilómetros al año y no requiere los musculosos servicios de un diesel a bajo régimen. Para las zonas urbanas y pocos viajes fuera de autopista, para quien no tenga pretensiones prestacionales, el 1.2 TSI es un planteamiento interesante.
Pero claro, si ese mismo cliente va a Santander a disfrutar de la gastronomía o lo que quiera, en las carreteras de doble sentido que pise, a nada que quiera adelantar, va a echar de menos mucho caballo. Pero si no es de adelantar más que lo necesario, pues bueno, 85 CV y un buen par puede ser más que suficiente.
Si nos salimos de cuestiones puramente automovilísticas, habrá alguien que diga que un Golf de menos de 100 CV (con el tamaño y peso actual, no digo uno viejo) es un quiero y no puedo. Depende qué quieras y qué puedas pagar, es relativo a cada uno, las generalizaciones pueden ser muy imprecisas en esta cuestión.
Si llega el 1.2 TSI de 85 CV a España, seguro que habrá clientes interesados. No creo que sea un quiero y no puedo porque Volkswagen ofrece para este coche motores de más de 200 CV, así que el que quiere y puede, no tiene que conformarse con 85 CV. Como alternativa al 1.6 TDI de 105 CV es muy buena idea.
Eso sí, el 1.4 atmosférico, que se lo queden en Alemania, por favor. Tecnología obsoleta, relación prestaciones/consumo superada y una diferencia de precio muy poco apreciable respecto al 1.2 TSI de 85 CV. Es que solo por el turbocompresor merece la pena pagar un poquito más: 400 euros.
Al precio de la gasolina española, el motor 1.2 TSI queda amortizado en menos de 40.000 km (en Alemania, en 30.000 km), así que veo totalmente innecesario el viejo 1.4. Ahora es el momento del debate: ¿quiero y no puedo o una opción lógica? ¿es suficiente esa potencia para el español medio? ¿alguno de vosotros se lo plantearía como compra?
Fotografía | dtsomp (II)
Vía | Engendro mecánico