Casi toda la tecnología que incorporan los fabricantes en sus coches es útil y nos facilita mucho las cosas a la hora de conducir. Desde replicar la pantalla del móvil en la pantalla central sin necesidad de cables, hasta la mayoría de los asistentes a la conducción.
Sin embargo, hay cosas que no terminan de tener buena acogida. Un ejemplo es el exceso de avisos sonoros y pitidos que tienen los coches actuales. Hay quien incluso ha decidido dejar de hacerles caso. Otro ejemplo es el asistente de aparcamiento activo con el que el coche aparca solo, aunque podría tener los días contados.
No me gusta utilizar el asistente de aparcamiento automático. Y no soy el único
Mi coche tiene unos cuantos años encima y no está equipado con muchas cosas que tienen los actuales, por eso, cuando me monto en un coche de pruebas agradezco tener cierta tecnología moderna.
El acceso y arranque sin llave es comodísimo, las cámaras me vienen de perlas a la hora de aparcar, Apple CarPlay ya es imprescindible y algunos asistentes me dan tranquilidad, como el aviso de ángulo muerto o la alerta de tráfico posterior cuando salgo marcha atrás de un aparcamiento. Es tecnología que hace la conducción más segura y confortable, por lo que considero que es muy útil.
En cambio, hay cosas que no echo nada de menos cuando vuelvo a subirme a mi coche del año 2001, como el asistente de aparcamiento activo. Este sistema sirve para que el coche aparque por nosotros y nos ahorremos hacer maniobras. Entiendo que exista gente que lo adore porque aparcar no es lo suyo, pero la mayoría de personas no lo utilizamos nunca.
Es una de esas tecnologías que llaman mucho la atención y se cogen con ganas al estrenar el coche, sobre todo para hacer demostraciones delante de amigos y familiares. Nadie puede negar que impresiona bastante ver cómo aparca solo el coche, moviendo el volante y los pedales (si no lleva cambio manual) de forma automática.
Lo cierto es que este sistema suele funcionar bien. Casi siempre que lo he probado aparca perfectamente, pero no es fácil hacer que funcione. Por supuesto, en algunos modelos va mejor que en otros, pero en todos es necesario que se den unas condiciones concretas para que funcione.
Tiene que haber suficiente espacio, tanto en aparcamientos en línea como en batería. Debemos ir lo suficientemente despacio para que el coche detecte el hueco libre, Y, a ser posible, viene bien que no haya tráfico para que no nos pongamos nerviosos y demos al sistema tiempo (suele necesitar bastante) para meter el coche en su sitio.
A la hora de la verdad, que se den todas esas condiciones es complicado, sobre todo, que haya espacio porque los aparcamientos son demasiado estrechos para los coches actuales y a eso hay que sumar que muchos conductores tienen problemas para dejar su coche dentro de las líneas.
Al final, la mayoría preferimos hacer maniobras para aparcar sin la ayuda del asistente. Es más rápido y, en mi caso, me fío más de cómo aparco yo que de cómo aparca el coche automáticamente. Reconozco que en más de una ocasión he pensado que el coche se comía una columna, si bien es cierto que nunca he tenido un percance.
Pues bien, ya hay marcas que se están dando cuenta de que este sistema no termina de triunfar, como Ford, que lo estrenó hace 16 años y ahora se está planteando eliminarlo, como señala CarBuzz tras hablar por teléfono con el director de operaciones de Ford, Kumar Galhotra.
El objetivo de Ford es ahorrar costes y eliminar el sistema de aparcamiento activo asistido de sus coches es una forma de hacerlo. Como ha dicho Galhotra a CarBuzz: “Muy, muy pocas personas la utilizan, por lo que podemos eliminar esa función. Cuesta alrededor de 60 dólares por vehículo”.
El ejecutivo de la marca del óvalo asegura que eliminar este sistema de sus coches podría ahorrarle a Ford 10 millones de dólares al año. Para tomar una decisión, Ford está recopilando datos de los coches conectados de sus clientes, pero todo apunta a que este asistente tiene los días conectados.
