La pega más recurrentes de los coches eléctricos es la autonomía. Aunque casi siempre hagamos menos kilometraje diario de lo que son sus baterías capaces de llevarnos, el problema está en lo que no es “casi siempre”. Hablamos de los desplazamientos de largo alcance. Tenemos una ingeniosa solución para el problema.
A más de uno se nos ha ocurrido llevar un remolque lleno de baterías para tener más energía que gastar, pero eso tiene un problema: más peso, y un coste muy elevado. La empresa Electric Motors and Vehicles (EMAV), asentada en Estados Unidos, ha presentado un prototipo teórico, se llama PRU (Power Regeneration Unit).
Es un remolque autopropulsado con un motor eléctrico, que eliminaría el esfuerzo tractor al vehículo eléctrico. Cuenta con sus propias baterías de ión-litio y con un generador de gasóleo, un cuatro cilindros de 28 CV y 750 centímetros cúbicos. Gracias al generador, podemos multiplicar la autonomía total.
El PRU puede proporcionar a un Fiat 500 EV (eléctrico) una autonomía de 700 millas (1.126 km) con solo 6,6 galones de gasóleo (unos 25 litros). En cristiano, eso supondría un consumo de combustible de menos de 2 l/100 km, que sigue siendo un consumo de risa, ¡mucho menos que un Multijet empujando al coche sin remolque!
Pero además hay una ventaja añadida en el PRU, y es que es una ampliación del maletero, pudiendo meter ahí más equipaje para cumplir mejor la función de transporte a larga distancia, donde si se lleva equipaje, el maletero del 500 o de un coche eléctrico pequeño se puede quedar justísimo.
A efectos legales, en nuestro país, ayudaría a la economía de combustible el límite de velocidad inferior que supone llevar un turismo con remolque. En marcha, el PRU no puede recargar las baterías del coche tractor, solo proporciona la energía que necesita para moverse (el vehículo tractor gasta más de lo que puede generar el PRU, como para encima tener que cargarlo).
Estando el coche parado, el PRU puede generar electricidad suficiente para una recarga del coche eléctrico, que sería más eficiente que mover al coche en marcha, por ejemplo en lugares donde no haya un enchufe a mano. La idea en su planteamiento es fantástica, ahora vienen las pegas.
El juguete podría costar más de 10.000 euros, lo que lo hace antieconómico para casi toda la población, sale mucho más barato irse de vacaciones en Taxi. Supongo que la finalidad del aparato es que sea alquilable aquellos días que se necesite una autonomía superior y recarga “instantánea”.
No existe un prototipo físico, es todo teórico, podríamos verlo en acción en el primer semestre de 2011. Si las empresas alquiladoras se interesan en él, podría ser un negocio redondo, aunque dado su precio, está fuera del alcance de un consumidor medio… que esté cuerdo, por muy poco que consuma el coche así.
Es realmente irónico que un coche eléctrico tirando de un remolque sea mucho más eficiente que la versión térmica equivalente. El secreto tenemos que encontrarlo en la diferencia de rendimientos. Es más eficiente un motor térmico generando electricidad para un eléctrico, que un térmico que mueva el coche por sí solo.
Los motores térmicos, por definición, desperdician el combustible. De cada 10 euros que gastamos, menos de 7 se usan para mover el coche, casi todo nos lo gastamos en impuestos y en contaminar, porque no llegan al 40% de rendimiento mecánico. Los motores eléctricos superan esa cifra por goleada, la doblan y aún más.
Nos ahorramos cajas de cambios, embrague, transmisión… es decir, una colección de piezas que lo único que hacen es robar potencia útil al motor. Con este remolque, un coche eléctrico se convertiría de facto en un coche eléctrico de autonomía extendida, no en un híbrido.
No es la única solución de este tipo, hay más, y no son los primeros en hacerlo.
Vía | Diariomotor
Fuente | EMAV