Tras una década, el Bentley Mulsanne pone punto y final a su producción. La última unidad del lujoso modelo ya ha salido de la línea de montaje en la fábrica de Crewe (Reino Unido), despidiendo al buque insignia de la firma británica, que convierte al Bentley Flying Spur en el nuevo modelo de referencia de Bentley.
El fabricante ha celebrado la habitual ceremonia de despedida cuando la última unidad de un automóvil echa el cierre. Aunque en este caso se ha visto acortada y ensombrecida por la pandemia del coronavirus, con los empleados guardando la distancia de seguridad exigida y parapetados tras mascarillas.
El fin de producción del Mulsanne se había anunciado en los primeros compases del año y estaba planificado que se produjera en primavera, pero la suspensión de la actividad de la fábrica a consecuencia de la crisis sanitaria lo ha retrasado hasta verano. Además, el modelo se ha despedido con una edición especial limitada a 30 unidades, el 6.75 Edition by Mulliner, que ha desarrollado en colaboración con el conocido carrocero inglés como ya ha ocurrido en varias ocasiones con este modelo.
A lo largo de sus diez años de vida, la planta de Crewe ha concebido un total de 7.300 unidades del Mulsanne y este adiós se acompaña con un vídeo en el que los responsables de diferentes áreas de la firma se deshacen en elogios.
"El Mulsanne es la culminación de todo lo que aprendimos en Bentley durante nuestros primeros 100 años como fabricante de coches de lujo. Siendo el buque insignia de nuestra gama de modelos durante más de una década, el Mulsanne ha consolidado firmemente su lugar en la historia de Bentley y se ha convertido en un verdadero icono", presume Adrian Hallma, CEO del exclusivo fabricante del condado de Cheshire.
Un 6.75 Edition by Mulliner "extremadamente especial"
La unidad del Bentley Mulsanne que se retrata en estas fotografías no es la última, sino la penúltima: un Mulsanne Speed 6.75 Edition Mulliner que viste su carrocería en gris Tungsteno en combinación con rosa dorado. Su afortunado dueño es un cliente estadounidense. El lo que respecta al último de los Mulsanne, Bentley guarda celosamente el secreto de sus características, señalando simplemente que es "extremadamente especial".
Lo que sí sabemos es que se trata también de un 6.75 Edition by Mulliner, pues toda la serie final está integrada por las 30 unidades de esta variante de despedida. Basada en el Bentley Mulsanne Speed, su opción más deportiva, se distingue por un buen conjunto de elementos estéticos exclusivos, muchos con guiños a la mecánica V8 biturbo de 6.75 litros y 513 CV que da vida a esta versión. De ahí la denominación.
Así, por ejemplo, el capó lleva un tratamiento oscurecido, al igual que la parilla frontal de diseño Mulliner Serenity o las salidas de escape. Además monta unas llantas específicas de cinco radios Mulsanne Speed de 21 pulgadas en acabado brillante y con acentos en negro también brillante.
En el habitáculo, los controles de las salidas de climatización imitan el diseño en miniatura de la tapa de aceite del motor y el apellido 6.75 Edition puede leerse en una placa bajo los alfeizares de las puertas delanteras, así como en otra ubicada en el túnel central, que también indica el número de unidad y su condición artesanal. Además, al abrir la puerta, el logo del exclusivo apellido se proyecta sobre el suelo.
Por último, el colector de admisión del motor está acabado también en negro en vez del clásico plateado y en la cubierta de esta brutal mecánica integra asimimso un distintivo con el nombre de la versión, el número del propulsor y la firma de Adrian Hallmark. ¡Larga vida al Mulsanne!
En Motorpasión | Esta es la rebuscada historia del Bentley Cresta, diseñado en Italia y fabricado en Francia