Para que luego digas que nos tienen controlados. Nos pasa Kiko una noticia de El Mundo para que abordemos el misterio de los coches desaparecidos. Que dicen en la DGT que con esto de enviar cartas a la gente diciendo poco más o menos que los coches viejos matan (nótese mi talento reproduciendo ese registro tan conciso y directo, tan propio de nuestros próceres) han visto que les sobran 3,5 millones de coches en los archivos. Que los han perdido y no saben dónde están.
Estas cosas pasan. Aún recuerdo cuando abrieron en la ciudad de Barcelona el primer gran centro comercial urbano, aprovechando el inmenso solar de una vieja empresa llamada Olivetti (nada, que antes utilizábamos máquinas de escribir pero las ciencias adelantan que es una barbaridad). Los primeros meses la gente perdía el coche entre tantas plazas de aparcamiento.
Luego estaba ese que siempre lo veías con el mando en ristre, enviando a la desesperada mensajes que sólo su coche pudiera comprender, y buscando la respuesta en forma de guiños de complicidad. O el que volvía al sitio donde había dejado el coche... y luego resultaba que había acudido a la fiesta en metro, antes de ponerse curda perdido.
Pues como eso, pero multiplicado por 3,5 millones, que ya hay que ser despistado.
Lo fascinante del caso es que los datos se han perdido... y "nadie sabe cómo ha sido", que diría Machado (el de Ford no, el poeta represaliado). A la DGT se lo han hecho ver los Automovilistas Europeos Asociados (AEA), que son quienes han concretado una estimación cuantitativa de vehículos perdidos por el camino. En la DGT tienen censados como activos coches que hace años, pero años, que pasaron a mejor vida.
¿Cómo se pierden 3,5 millones de coches?
Ahora en serio: hay muchas maneras de ir inflando la bolsa de las disparidades de datos. La más sencilla es que fallezca el propietario de un vehículo y nadie dé de baja su coche en Tráfico. Luego seguro que hay algún error de tecleado, que ya sabemos cómo vamos todos cuando hay que indrotucir dtaos ne ub ornedador a toda velocidad, errores de codificación... en fin, cosicas.
Claro, cuando la DGT se puso a enviar cartas a diestro y siniestro, empezó por los casos de coches más viejos, por aquello de atacar a la base del problema. ¿El resultado? En una semana un centenar de conductores se pusieron en contacto con AEA para denunciar unas reclamaciones extemporáneas que les llegaban de la Administración.
La cosa tiene su enjundia, porque detrás de algunos vehículos mal registrados hay casos de embargos e impuestos sin pagar... desde hace décadas. Es lo que tienen los programas informáticos, que si nadie detiene los procesos con una fecha de extinción de las tareas, van sumando.
Ahora, la DGT dice que si a ellos nadie les dice que un coche está fuera de la circulación (nunca mejor dicho)... pues no les consta. Y, la verdad, ahí llevan razón, aunque no habría estado de más que alguien advirtiera la magnitud de la tragedia a medida que esta se iba gestando. ¿Será que detrás de tanto control hay un gran descontrol de los datos que manejan?
¿Y ahora, qué?
Si echamos un vistazo a la web de la DGT, veremos que ahí constan 31.213.071 vehículos en el parque automovilístico (según datos del mes de julio, los últimos disponibles). En total, la DGT prevé enviar unos 13 millones de cartas en los próximos tiempos, de manera que el batiburrillo que se puede organizar promete. Para hacer acopio de palomitas.
La misma DGT reconoce que sus estadísticas están anticuadas e infladas. Ahora, con el envío de cartas, van a aprovechar para poner al día los archivos. En principio, desde el organismo estaban enviando a los afectados a las jefaturas provinciales para aclarar la situación, pero... en fin, que digamos que el sistema era menos operativo que Windows ME.
La manera en que se va a intentar recuperar el asunto va a ser mediante eso tan moderno que llamamos internet, que dicen que hay una cosa llamada sitio web, que se estructura por páginas, y en una de ellas van a habilitar un formulario para dar de baja los coches del Pleistoceno.
Claro, que no me imagino yo a mi abuelo, que en gloria esté, conectando con la web de la DGT vía ouija de 100 Mb para ponerse al día de sus asuntos terrenales. Y me da que alguno habrá, de los otros 3.499.999 propietarios afectados, a quien le puede pasar algo similar. ¿Qué tal realizar un censo a la romana? Como alternativa, digo.