Probamos el nuevo Toyota Avensis: una buena berlina, pensada para flotas de empresa
El Toyota Avensis 2015 corresponde a la actualización de una berlina que experimenta profundos cambios para hacer frente a un segmento D que acaso tenga los días contados en la marca, con orientación a un público objetivo, las flotas de empresa, que es hoy todo un caramelo. Esta berlina de 4.750 mm (4.820 mm en el familiar Touring Sports) se venderá con "argumentos racionales", según cuentan en Toyota, donde defienden el segmento calificándolo de "estable".
No lo tendrá fácil el Avensis, si contamos con el perfil clásico en flotas, pero es en esas operaciones en las que tiene mano el usuario final donde puede moverse Toyota. Para el que hace números, una cifra: D-4D 143 CV Executive, por 30.040 euros como precio promocional (1.250 euros más, por el Touring Sports), y ojo: D-4D 143 CV Advance con Pack visibilidad por 23.990 euros, como oferta de lanzamiento. Y para el usuario final, un coche de empresa que no está nada mal.
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costes de mantenimiento,
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valor residual,
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relación entre tamaño, equipamiento, precio.
En cuanto a los niveles de equipamiento, que ya desglosamos en su momento, el Executive marca el tope de gama mientras que el Advance será la versión más vendida. Concebida para Particulares y Empresas, se complementa con Pack Visibilidad, Tapicería Mixta Piel Alcantara, Touch&Go y hasta Techo panorámico. Finalmente, el nivel Business está pensado para flotas de cierta envergadura. En cualquier caso, la apuesta que ha hecho Toyota incluye dotar a todos los Avensis con el Toyota Safety Sense de serie.
De serie incluye Toyota Safety Sense, con avisador de cambio de carril involuntario, avisador de colisión inminente, frenada autónoma de emergencia y asistente de luces de carretera automáticas.
Sabiendo esto ya de entrada, veamos cómo es el nuevo Toyota Avensis.
Un diseño exterior que busca una actualización de compromiso
A nadie le sorprende ya que la línea exterior del Toyota Avensis recuerde a toda la gama de la marca nipona. Hereda los conceptos Keen Look y Under Priority que hemos visto en tantos modelos, y en la versión probada, la Touring Sports, se permite una solución para el portón que recuerda al RAV4, que ya probamos en su día. Es cuestión de tomárselo con paciencia, porque al principio impacta.
Pueden ser profundos los cambios con respecto al anterior Avensis, pero se percibe en el ambiente un cierto aroma a no tocar demasiado el modelo, por si este es el canto del cisne de la berlina en un segmento D que, empujado por el resto de dimensiones menores, cada vez mayores, igual está condenado a desaparecer después de que haya perdido por el camino casi la mitad de su cuota. El tiempo lo dirá. En Toyota, por el momento, ni afirman ni desmienten. Al menos de forma oficial.
Interior, acomodación y mandos: apto para largas jornadas laborales
Al entrar en el nuevo Toyota Avensis, se percibe el interés de la marca por dar espacio a los ocupantes, tanto si se trata de su cliente prioritario como si hablamos de una familia que se compra esta berlina como coche principal. Los asientos son cómodos y resisten largas rutas como la propuesta por la marca. Mejor dicho: la espalda lo resiste, y eso es una muy buena noticia para sus futuros compradores.
En la disposición de mandos se notan algunas carencias menores, como la ubicación del botón de arranque y la del freno de estacionamiento eléctrico, que quedan excesivamente ocultos tras el volante, o el confinamiento del reloj a una pequeñísima esquina del display. Después hay detalles que nos llaman poderosísimamente la atención, como la unión entre la consola central y el túnel, que se abomba para dar cabida a los mandos de los asientos calefactados y a los testigos de los cinturones de seguridad...
... pero dejan un espacio más que extraño, que puede ser un importante foco de suciedad a poco que pase el tiempo. Alternativamente, el hueco puede servir para que el coche nos lea la buenaventura, porque como espacio para el móvil tampoco sirve mucho, ya que carece de cerramientos laterales.
Otro punto curioso lo aporta la tapa del siempre útil arcón central, cuyo grado de apertura puede resultar algo insuficiente, si bien el hecho de ser extensible refuerza su compacidad. De todas maneras, lo dicho: son detalles menores. Lo principal está bien hecho, y cumple tanto con su cometido como con una relación calidad-precio suficientemente atractiva.
En general, la sensación que transmite el interior del Toyota Avensis es la de ser un coche funcional. Lo tiene todo, pero sin demasiadas florituras. Plásticos duros, colores mustios salvo el bitono Terracota y gris que empleamos para estas fotos de los interiores, y una pantalla táctil de 8 pulgadas que es lo único que destaca en un entorno sobrio hasta decir basta. La alegría de la huerta no es.
Veamos qué nos transmite al pulsar el botón de arranque. Cuando lo encontremos.
Al volante del nuevo Toyota Avensis
Una de las primeras sorpresas que me llevo cuando me hago a los mandos del Toyota Avensis Touring Sports es que la placa de policarbonato (supongo) que cubre los relojes del panel de instrumentos es increíblemente cóncava, y además refleja el mundo entero que da gusto. En ocasiones resulta hasta incómodo buscar el velocímetro, porque los reflejos impiden su correcta visualización. Afortunadamente el resto de la visibilidad del coche es notable, por lo que únicamente me tengo que preocupar de no pisarle demasiado al acelerador.
En este sentido, un elemento que no voy a tener a mi favor es el ruido del motor, porque el trabajo de insonorización que han realizado los ingenieros de Toyota es, con mucho, uno de los mejores puntos de esta berlina. En las dos unidades probadas, ambas con los motores diésel que se venderán mayoritariamente en nuestro país, el sonido del motor queda muy bien aislado.
Hablando de motores, en España se venderá prioritariamente el 2.0 D-4D de 143 CV y 320 Nm (modelo 150D), y bien vendido que estará. Este propulsor, que releva al anterior 2.2 D-4D para recortar emisiones hasta cumplir Euro 6, permite un cómodo manejo de esta bola de acero que pesa entre 1.470 y 1.610 kg en vacío, en el caso de los Touring Sports como los que llevamos.
Recortar prestaciones con el modelo 115D (1.6 D-4D de 112 CV y 270 Nm, que sustituye al anterior 2.0 D-4D) en un país como España, con las complicaciones orográficas que presenta, no parece buena idea. Menos aún, si tenemos en cuenta que para ambos motores se han utilizado los mismos desarrollos de caja de cambios. Según la tabla de precios, el ahorro de 2.500 euros en la compra puede no valer la pena si hay que conducir con esa sensación de que el coche apenas tira.
La dirección es extremadamente suave, y transmite muy poca información de lo que hay en la carretera. Demasiado intervenida para mi gusto, la verdad. En la suspensión me llevo una sensación algo imprecisa, con algunos momentos de inclinación lateral que me sobran un poco, pero sin llegar al punto de determinar que la configuración es demasiado blanda. Más clara queda mi sensación sobre la estabilidad que ofrece, ya que esta es excelente con el vehículo vacío.
Como conclusión, tras haber recorrido un par de veces los 165 km que separan Ginebra de Verbier, en Suiza, está claro que estamos ante una berlina cuya motorización estrella va a ser la 150D por motivos más que justificados, y en un nivel de equipamiento, el Advance, que supone un equilibrio adecuado entre equipamiento y precio. Tirar más alto es pagar demasiado por un coche que no puede aspirar a venderse como premium, y quedarse más abajo es racanear en la base de un coche que, bien entendido, puede ser un buen aliado para los gestores de flotas de empresa, y para los trabajadores que tengan que conducirlo. De manera adicional, si se trata de comprar un coche para la familia, vale la misma versión y por razones similares.
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