Antes de comenzar con la prueba del MINI John Cooper Works GP os voy a confesar una cosa. En general, no me gustan los coches comunes. Cuando digo comunes me refiero a los coches fabricados en grandes series, esos que a las marcas les dan las grandes cifras de ventas y que salen uno detrás de otro de las fábricas como si fuesen rosquillas.
Llamadme raro o lo que queráis, pero cuando he tenido que comprarme un coche, siempre he intentado que tuviesen un punto diferente a los demás. Es una necesidad que me pide el cuerpo, no quiero un coche común. No quiero un superventas, y si por circunstancias de la vida me tengo que comprar un modelo que se vende mucho, intento optar por una versión especial o limitada.
Cuando hablo de coches diferentes, no me refiero únicamente a ediciones que, con cuatro vinilos, un nombre diferente y una placa identificativa se creen que marcan la diferencia. No, no me refiero a lo que ha hecho Citroën con el DS3 Racing Gold Mate.
Me refiero a coches que no sólo se basan en la estética para ser diferentes a los modelos de los que derivan, ya que además de los fundamentales cambios estéticos, también tienen características técnicas que los hacen diferentes del resto de la manada.
Este es el caso del MINI John Cooper Works GP. Es, posiblemente, el MINI más rápido de la historia. Y lo es por varios motivos. MINI no ha tirado por la vía fácil de potenciar el motor y ya. El MINI John Cooper Works GP es un coche en el que se ha trabajado para reducir el peso, mejorar el comportamiento y hacer que transmita la esencia de los MINI firmados por John Cooper Works, pero multiplicada por cuatro.
Desde que en el mes de mayo MINI anunció el lanzamiento de este John Cooper Works GP, tenía ganas de ponerme al volante. No era una tarea sencilla ya que se trata de una edición muy especial de la cual únicamente se fabricarán 2.000 unidades.
Por suerte algunas de esas 2.000 unidades han llegado a España, y una de ellas pasó por el departamento de Prensa de MINI que, sabiendo nuestra afición por los "cacharros" diferentes, nos ofrecieron hacerle una prueba completa.
Como este no es un coche corriente, esta tampoco va a ser una prueba corriente. Tal vez me deje en el tintero algún dato importante, lo siento. Pero lo que voy a tratar de aquí en adelante es de transmitiros lo que el MINI John Cooper Works GP me ha transmitido a mi, quiero que os sintáis como en el asiento del copiloto viajando a mi lado. Y menos mal que digo el del copiloto, porque si llego a decir en los de detrás...
El otro MINI biplaza
En la gama MINI hay tres modelos biplaza, el Roadster que probamos hace unos meses (parte 1, parte 2, parte 3 y parte 4), el Coupé que no parece estar gozando de un gran éxito a nivel comercial y este, el MINI John Cooper Works GP. A pesar de ser una versión basada en la carrocería hatchback, en el GP se ha prescindido de los asientos traseros y en su lugar encontramos una barra de refuerzo del chasis que atraviesa el coche de lado a lado, destacando por su color rojo a juego con los cinturones de seguridad.
Esa barra también ayuda a separar lo que comúnmente se llama maletero del espacio de las plazas delanteras, aunque os aseguro que por donde está situada, una maleta tipo trolley se puede golpear contra los respaldos de los asientos delanteros en cualquier frenada pronunciada.
¿Para que convertir un coche útil en un biplaza? Pues el motivo de haber eliminado los asientos traseros está claro, reducir el peso de un conjunto que pretende mejorar sus prestaciones no sólo a base de motor y potencia, sino a base de contener el peso y conseguir un dinamismo que no tienen otros modelos de su categoría.
Por ese mismo motivo este MINI John Cooper Works GP no luce unas llantas desorbitadas de 18 o 19 pulgadas como otros MINI deportivos. Vale que estéticamente las llantas grandes hacen que los coches ganen bastante, pero dinámicamente no es bueno tener que mover una masa mayor y un diámetro de rodadura también mayor. Por eso estas llantas de 17 con cuatro radios son otra de las claves del comportamiento del MINI John Cooper Works GP.
Según MINI estas llantas oscuras y de cuatro radios, están basadas en los de los MINI Challenge, esos coches que durante tres temporadas nos hicieron soñar en los circuitos de toda España con que las copas monomarca todavía tenían futuro en nuestro calendario de competición.
Aquellos MINI Challenge usaban neumáticos de seco en medida 215/45-17 y cuando llovía optaban por unos 205/45-17. Imagino que a esas medidas es a lo que se refiere MINI cuando dice que las llantas están basadas en las de los MINI Challenge, porque aquellos montaban unas preciosas llantas Borbet multiradio que nada tienen que ver, en cuanto a diseño, con las de este MINI.
Además si os fijáis bien en alguna de las fotos frontales, se nota que las ruedas tienen más caída que en el modelo normal. ¡Dios mío, esto se parece cada vez más a un coche de carreras! A la hora de poner a punto el coche para conseguir un comportamiento óptimo del coche, los ingenieros de MINI tiraron de la base de datos de la MINI Challenge para analizar la caída con la que se configuraban los coches de circuitos.
Vale que la caída aquí no es tan pronunciada como en aquellos, pero si que es muy superior a la de un modelo de serie. De esta forma lo que consiguen es que el coche tienda a subvirar menos, algo importante al tratarse de un tracción delantera de 220 caballos. Si en los MINI Challenge el reglamento limitaba la caída del eje delantero a 5º y del trasero a 3º, en este no se superan esos valores. Podríamos casi salir a competir con el.
Además no debemos olvidar que este coche equipa unos neumáticos semislick que funcionan mejor con esta caída en ambos ejes. Va quedando claro que estamos ante un coche creado para buscar tiempos y no ante un coche creado para lucir carrocería gratuitamente, ¿verdad?
A pesar de ello, el MINI John Cooper Works GP tiene numerosos detalles que le delatan como una versión especial. Su color gris oscuro contrasta con las carcasas de los espejos retrovisores que van pintadas en color rojo, al igual que las entradas de aire situadas en la parte inferior del frontal que permiten respirar al turbo.
La carrocería adopta el faldón delantero, trasero y las taloneras laterales de los John Cooper Works, pero además hay otros detalles que lo hacen especial. Hablamos por ejemplo de las ópticas delanteras cuyas carcasas están debidamente oscurecidas para que destaquen menos sobre el resto del conjunto. Aquí no hay nada de cromados en el aro que rodea las ópticas, eso para el resto de los comunes.
Por otro lado, en las puertas encontramos una banda que recorre el lateral de delante atrás con la inscripción GP. Es vinilo, así que si no te gusta se lo puedes quitar. Eso si, ten en cuenta que al tratarse de una edición limitada, cambiar su aspecto tal vez haga que tu coche automáticamente pierda valor para los coleccionistas.
Y sin duda alguna en la trasera es dónde este MINI GP destaca más frente a sus competidores. Allí encontramos un arsenal de elementos aerodinámicos que hacen que el coche muestre sus garras e intimide a cualquiera que se le intente acercar por detrás.
Hablamos de un alerón de considerables dimensiones que hasta cierta medida queda integrado en el conjunto. Este alerón se puede modificar en inclinación, gracias a un ala fabricada en fibra de carbono que permite cargar más o menos la trasera del coche. Eso si, la fuerza máxima que ejerce es de 50 kilos. No está mal para tratarse de un coche de 1.160 kilos en total.
En la parte inferior, encontramos el pastel gordo. Hablo de unas impresionantes salidas de escape en posición central, que destacan frente a las de un JCW normal por su diámetro ampliado. Rodeándolas, un impresionante difusor de aire trasero que en este caso, salvo porque no es de fibra de carbono, si que llega directamente del MINI Challenge de circuitos.
Así se completa exteriormente un coche que, a ojos de cualquier profano pasará relativamente desapercibido, pero que como me ocurrió durante la semana que estuvo entre mis manos, también hará que muchos "quemados" de los coches se paren a babear ante el.
Interior muy MINI con toques de carreras
Si en el exterior encontramos un coche con elementos heredados de la competición, en el interior los cambios respecto a un MINI normal y corriente son menores. Aparte de la ausencia de asientos traseros, el MINI GP destaca porque los delanteros son unos fantásticos asientos deportivos firmados por Recaro, tal y como aparece en el respaldo con el "John Cooper Works by Recaro".
Forrados en cuero y alcántara negra, estos asientos son perfectos para este coche. Tienen el compromiso óptimo entre deportividad y confort. Son mucho más cómodos por ejemplo que los baquet opcionales, también firmados por Recaro, que hay en opción en el Clio Sport, algo lógico si tenemos en cuenta la dureza de las suspensiones de este coche. Con otros asientos sería una caja de torturas demasiado incómoda para la mayoría de los mortales.
Por lo demás encontramos un interior perfectamente acabado en tonos rojos y negros. El rojo se utiliza por ejemplo en los perfiles de las alfombrillas delanteras, porque traseras evidentemente no tiene. El rojo también se utiliza en los bordados de la piel que recubre la parte superior del salpicadero, un detalle este que no encontramos en otros MINI. Es un acabado específico del GP.
Los acabados del interior son excelentes tal y como nos tiene acostumbrados la marca MINI, y la sensación al volante es muy deportiva. Vamos sentados muy bajos, con un volante de radio perfecto y tacto impecable, rodeados de los mandos típios de MINI con el reloj de la velocidad presidiendo el salpicadero.
Delante de la poco práctica palanca de marchas con la bola presidiendo el pomo, encontramos el botón Sport, el que permite activar el GP Mode del ESP y más allá los mandos para abrir y cerrar las ventanillas, poner la calefacción de los asientos o las luces de niebla.
En el resto, el conjunto es idéntico al de cualquier otro MINI. Incluso en la parte superior, en el conjunto de mandos situados al lado del espejo retrovisor, contamos con un interruptor que permite cambiar el color de las luces del interior de forma rápida y sencilla. ¿Un color para cada rodada?
Los plásticos del interior están acabados en negro brillante, y sobre la guantera se sitúa una placa con las letras GP y el "1 of 2000", que recuerda que estamos ante uno de los 2.000 MINI John Cooper Works GP que se fabricarán, pero no necesariamente ante la unidad 1 de esos 2.000.
Continuará...