Continuamos con nuestra prueba del Kia Cee’d. Ayer vimos que salvo algunos pequeños detalles el Cee’d es un coche bastante logrado sobre todo si tenemos en cuenta su precio. Para obtener un coche redondo necesitamos que además de ser estético y habitable tenga un algo competente bajo el capó. Un algo que pueda empujar nuestro coche con fuerza e incluso que haga al coche divertido. ¿Lo tendrá?
Este ha sido el coche de pruebas con el que más kilómetros he rodado. Para ser exactos cuando lo devolví habíamos recorrido con él 715 km. Una distancia más que suficiente para conocer un coche bastante a fondo, además con muchos tipos de carreteras diferentes e incluso pasando momentos de incertidumbre con el combustible.
Hoy toca encender nuestro Kia Cee’d y ponernos en marcha. Bajo el capó el motor más asequible de este modelo, como bien habéis podido deducir del título de nuestra prueba, se trata de un motor de cuatro cilindros en línea y 1.4 litros de cilindrada del que Kia saca 100 CV gracias a la distribución variable. ¿Punto fuerte? Este motor es el que menos pesa de toda la oferta de motorizaciones, el peso del coche con él se queda en unos ligeros 1.183 kg.
Motor 1.4 CVVT de 100 CV, una elección justa
Vamos a empezar por unos pocos datos técnicos de este motor de la familia Gamma de Kia. Cuatro cilindros en línea, 1.4 litros de cilindrada, distribución variable, 16 válvulas e inyección indirecta. La potencia que entrega el 1.4 CVVT son 100 CV a 5.500 rpm y el par es de 137 Nm a 4.200 rpm.
La aceleración de 0 a 100 km/h la hace en 12,8 segundos. Esa cifra queda por delante del Opel Astra 1.4 de 100 CV que tarda 13,9 segundos, pero queda por detrás del Renault Megane 1.6 de 110 CV (10,5 segundos) o el Volkswagen Golf 1.2 TSI de 105 CV (10,6 segundos). Cifra modesta de aceleración, causada en gran parte no por falta de fuerza del motor, si no porque solo parece estar realmente vivo en el último cuarto del cuentavueltas.
Es a eso a lo que nos referimos con lo de “elección justa” y es que en algunas aplicaciones estas cifras de potencia y par se quedan algo cortas. Sin embargo como entrada a la gama es asequible y para algunos usos da más que de sobra. Intentaremos aclarar cuales son estos casos a lo largo de esta parte de la prueba.
En carretera con el Kia Cee’d 1.4 CVVT
Una de las cosas que sorprenden cuando te montas y arrancas el Kia Cee’d es el extraño tacto inicial del acelerador, porque al entrar no se ve una característica clave de este componente. Fue una sorpresa descubrir un acelerador de tipo tabla en los primeros momentos de contacto con el coche. ¿Qué pinta un acelerador de éstos en un coche de corte asequible como este? Eso es lo que me pregunté yo.
Supongo que se trata de economías de coste, ya que fabricar todos los aceleradores iguales seguramente resulte más barato que instalar un tipo de acelerador a unos acabados, motores o caja de cambios y otro tipo a otros. Obviamente todos los Kia Cee’d tienen acelerador tipo tabla, sin embargo en el acabado superior se pueden elegir los pedales en metal como opción.
Antes de ponernos en marcha o también en marcha, un botón del volante nos permite elegir entre tres niveles de asistencia a la dirección, que es asistida eléctrica. Desde el modo confort en el que puedes girar el volante con un dedo, pasando por el modo normal que es el que más usaremos en el día a día, hasta el modo deportivo, el más recomendable para disfrutar de las carreteras de curvas.
Metemos primera y empezamos a movernos. El tacto de la palanca de cambios es agradable, aunque cambiando rápido de velocidades se puede apreciar un sonido de plástico contra plástico. Los recorridos son bastante largos, es un detalle que personalmente me gusta bastante en los coches manuales.
Como conductor habitual de coches automáticos me costó reacostumbrarme al cambio manual y en concreto al tacto del embrague. No se tarda mucho, pero llegar a sitios sin reducir marchas (salir en una rotonda en sexta p.e.) o hacer cambios de marchas bruscos fueron los pasos intermedios hasta coger costumbre. El embrague de todas formas tiene un recorrido un poco largo para mi gusto.
La caja de cambios es de seis velocidades en todos los Kia Cee’d, incluído el cambio automático de doble embrague. La distribución de las relaciones de cambio está bien elegida, la primera es muy corta y la sexta velocidad permite al motor girar desahogado hasta subiendo cuestas, y por tanto consumir poco, aunque de este tema hablaremos más adelante.
Las suspensiones son McPherson delante y multibrazo trasera. Esta en la media de otros coches que he probado, ni muy firme, ni muy blanda, pero si hay que decantarse por uno de los extremos para definirla diría que es blanda. A alta velocidad tiende a dar unos rebotes un poco raros que nos descolocarán bastante, es una extraña sensación de flotabilidad que aparece cuando a alta velocidad (por encima de 100 km/h) se pasa por un bache en curvas amplias.
Sin embargo en curvas cerradas y baja velocidad es muy complicado poner al Cee’d en apuros a pesar de su suspensión tirando a blanda. Como buen tracción delantera tiende a subvirar, pero hay que ir muy al límite para provocar pérdidas de adherencia. El coche apoya muy bien en las curvas, personalmente me ha parecido de lo mejor que ha pasado por mis manos en cuanto a la seguridad que aporta al conductor al afrontar una curva.
Con un solo ocupante el motor 1.4 CVVT de 100 CV se muestra más que suficiente, incluso permite darse alegrías e ir a ritmo vivo. El sonido de los motores de gasolina siempre me ha gustado y he de reconocer que hubo muchos momentos de desperdicio de gasolina estirando marchas embelesado por el precioso sonido del motor.
Este sonido incita a llevar el coche un poco más arriba en el cuentavueltas para disfrutar y no deja de ser buena idea, porque el motor juega sus mejores bazas cuando pasa al último cuarto usable antes del corte de inyección. Si coges el Kia Cee’d con este motor y no pasas de las 4.000 vueltas pensarás que es un coche aburrido, soso, sin nada que ofrecer.
Es la distribución variable la que obra el milagro a partir de las 4.000 rpm. Cuando pasa de ahí el motor se convierte en otro completamente diferente y es cuando empezaremos a disfrutar de lo lindo con este coche. Por desgracia con el coche cargado de gente o equipaje el Cee’d con el motor 1.4 no se muestra muy solvente, se nota que necesita un extra de potencia para este uso.
Si hacemos caso del indicador de cambio de marcha, además de perdernos todo lo que tiene que ofrecernos arriba el motor, en alguna cuesta nos quedaremos vendidos. Concretamente el coche cada vez que pasemos de las 2.000 rpm, un punto absurdamente bajo para un motor de gasolina, nos pedirá que cambiemos de marcha. Como he hecho en otras ocasiones, recomiendo pasar de estos sistemas, al menos si tenemos ligeras nociones de conducción eficiente, ya sabemos que hay que cambiar de marcha en el momento justo si queremos consumir poco.
Consumo del Kia Cee’d
Aunque en total recorrí con el Kia Cee’d 715 km, para calcular el consumo aproximado vamos a utilizar una cifra más pequeña, concretamente la que recorrí desde la entrega hasta que saltó la reserva. 615,7 km, deglosados entre unos 60 km de trayectos urbanos, 400 km de autovías y el resto por carreteras secundarias.
El consumo que homologa el motor 1.4 de 100 CV es de 6 l/100 km en ciclo combinado. Los primeros kilómetros no miré mucho por el consumo, por lo que llegué a ver en el marcador consumos por encima de los 7 litros. Llegado el momento de dar un paseo eminentemente nocturno que me llevaría a realizar más de 150 km, me puse a mirar por el consumo.
Poco a poco el ordenador rebajaba la cifra de consumo medio. Al final de mi paseo la autonomía quedaba en 100 km. A menos de 80 km de Madrid la autonomía debía dar de sobra. Tras mover el coche un par de veces, el coche marcaba 90 km de autonomía. Cuando el domingo me disponía a volver y arranqué el coche, la autonomía había caído a 70 km ¡sin moverlo! Y lo que es peor, la reserva se había encendido.
Con el precio del combustible por las nubes y teniendo en mente nuestra política de relaciones con empresas, quería llegar a mi gasolinera de cabecera para echar combustible y devolver el coche por encima de la reserva. 60 km había hasta ella y sin saber la cifra de litros en la reserva no me la quería jugar, tocaba hacer conducción hipereficiente. O intentarlo.
A los 10 kilómetros recorridos la luz de la reserva se apagó. No sabía que pasaba, la autonomía subía y bajaba y para colmo la luz de la reserva me vacilaba. ¿Pero llego o no llego? A 40 kilómetros de la gasolinera objetivo, la autonomía marcaba 75 km, obviamente ya sí llegaba.
La reserva tiene ocho litros de combustible, por lo que haciendo cálculos, el consumo medio en los 615 km de observación del consumo había sido de aproximadamente 7,3 l/100 km, asumiendo el depósito como lleno a la entrega con 53 litros de gasolina. El ordenador revelaba una cifra ligeramente más reducida, de 6,6 l/100 km. 1,3 l/100 km por encima de la cifra oficial. No está mal, más sabiendo que al Kia Cee’d le dimos bastantes alegrías.
Mañana seguimos nuestra prueba repasando el equipamiento y la seguridad del Kia Cee’d.
Continuará…
En Motorpasión | Kia Cee’d 1.4 CVVT, prueba (exterior e interior)