El Tribunal Supremo de India ha anunciado medidas radicales para intentar paliar los altos niveles de contaminación que registra la capital, Nueva Delhi, que han llegado a ser 40 veces superiores a lo recomendado por la OMS. Para empezar, se prohíbe la venta de vehículos diésel nuevos con motor de 2 litros o mayor cilindrada y el acceso a la ciudad de camiones de 10 o más años de antigüedad, duplicando también el "impuesto verde" que se aplica a los que sí circulan por la urbe.
Esta prohibición, que estará vigente al menos hasta el 31 de marzo de 2016, solo afecta a los modelos diésel con motor de 2 litros de cilindrada o superior, pero supone un importante varapalo para las marcas superventas del país como Mahindra, Tata, Toyota o Mitsubishi, así como para los vehículos de lujo, como los que vende el trío alemán formado por Mercedes-Benz, Audi y BMW.
Según un estudio de la sociedad India de fabricantes de automóviles (SIAM), el 37% de los vehículos de pasajeros vendidos en la India hasta marzo de 2015 eran versiones díesel y hasta el 90% de los SUV y otros vehículos de concepto similar comercializados el año pasado equipan motorizaciones de gasóleo. ¿La principal razón? El bajo precio del diésel frente al de la gasolina.
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