Recientemente volvimos al límite de velocidad de 120 km/h, que había estado vigente durante 30 años, hasta que por razones energéticas se rebajó a 110 km/h. Se supone que era para ahorrar combustible. Pues bien, CORES ha aportado un dato interesante, y es que en julio bajó el consumo de combustibles, y mucho.
Desde el 1 de julio, se puede volver a circular a 120 km/h en autopistas y autovías. Concretamente, baja más la gasolina (-8,4%) que el gasóleo (-6,6%). En el primer semestre, la reducción acumulada es del 4,1%. ¿Y cómo bajan, si se supone que tendrían que haber subido? Pues no hace falta ser adivino, todos lo sabemos.
Es mucho más disuasorio para conducir ver la gasolina por encima de 1,30 euros/litro o el gasóleo a más de 1,20 euros/litro que cualquier límite de velocidad. Los conductores se preocupan por consumir menos y cogen menos el coche. Los coches nuevos bajan el consumo, pero no pueden explicar esa diferencia con las ventas que hay.
En resumen, que para este viaje no nos hacían falta alforjas. La reducción del límite de velocidad parece haber sido de muy dudosa utilidad en términos de ahorro energético, y tampoco lo fue en términos de recaudación (ya que no era el espíritu de la medida). De hecho, muchos van a 110 km/h engañados por su velocímetro, creyendo que van a 120.
Los datos de desplazamientos que proporciona la DGT no encajan con la reducción de consumos, porque bajan más estos últimos que los primeros. De todas formas, la información de la DGT no es exacta, ya que es imposible determinar cuántos kilómetros hace cada coche en un país entero. Como mucho, se puede aproximar.
Tampoco quiero llegar a la conclusión de que fue una medida inútil. En la mayoría del parque español, bajar de 120 a 110 supone un ahorro, pero hay excepciones y eso es irrebatible. Ahora bien, la forma de conducir y el uso que se haga del coche tiene mucho más impacto. ¿Y qué pasa con los neumáticos ecológicos? Buf, otro día me cebo con esto…
Vía | El Mundo Motor