Aparcar en París puede ser una aventura ciertamente complicada. Sobre todo, si llevas un Range Rover bajo tus pies y en el momento de llegar el último de la fila y parar... confundes el pedal del freno con el pedal del gas y usas un Porsche 911 Cabrio (997) para hacer cuña con el coche de delante y conseguir un poco más de espacio. Sí, duele un poco, aunque nadie resultase herido.
¿Nadie? Mentira cochina. Al final, fueron cinco los coches que se vieron envueltos en esta dolorosa historia de aparcamiento letal, incluido el deportivo que cambió su capota monina por un techo de chapa mucho más contundente. Quizá en esta otra foto el dolor se muestra de un modo más genuino:
No hay mucho más que contar, los dueños de los coches afectados se debieron de quedar con la misma cara que todos nosotros y quizá no se hayan recuperado todavía del susto. En fin, Dolorpasión™ ocurre en domingo, y a veces nos deja bastante desconcertados lo que supone haberse perdido un episodio clave de Barrio Sésamo.
Vía | Wrecked Exotics En Motorpasión | Dolorpasión™: La muerte del Murciélago viajero