Si cometes un fallo, ya no muerden. Por resumir la idea en una frase que bien podría ser del señor Clarkson, los superdeportivos de hoy en día ya no te esperan con una espada en alto detrás de una puerta. Ya no. Ahora son más dóciles, más civilizados, más aptos para casi cualquier conductor.
No obstante, hubo una época en la que un superdeportivo eran palabras mayores. Algunos de ellos eran más salvajes y peligrosos que el resto. Eran coches fabricados para ser auténticas bestias de la carretera, no para ser conducidos por cualquier manco adinerado. Uno de estos superdeportivos de la vieja escuela es sin duda el Lamborghini Diablo.
Desafortunadamente, el ejemplar que protagoniza la historia de hoy acabó, como podéis ver, intimando más de la cuenta con los árboles de un bosque de Luxemburgo. Al parecer, el conductor de nacionalidad francesa perdió el control del vehículo por causas que se desconocen, aunque nos alegramos de que se encuentre perfectamente. El que no está tan bien es el pobre Diablo. Dolorpasión™ ocurre en domingo.
Vía | Auto Evolution
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