"Calles congestionadas, falta de espacio para aparcar y largos atascos hicieron que surgieran nuevas dudas en la investigación de los vehículos. Mercedes-Benz las ha respondido en 1981 con un estudio llamado “Nahverkehrsfahrzeug” o NAFA para abreviar: el vehículo para distancias cortas".
Así presentaba Mercedes este prototipo suburbano, el Mercedes-Benz NAFA 1982. No, no hacía falta especificar que era para distancias cortas. Y sí, el nombre del estudio es correcto.
Que el aparcamiento no vuelva a ser un problema (conducir igual sí)
Este experimento de microcoche cuyas puertas se deslizan, fue pensado por la marca de la estrella allá por 1982, como concepto revolucionario ante la congestión de las ciudades. No sabemos si nos gusta más el color o el aire de coche papal que emana, pero por lo visto sirvió de inspiración para el Clase A.
Con una longitud de 2,5 metros y una altura de 1,50, este biplaza (y no sabemos si monoplaza), fue bautizado por escépticos como el "carrito de la comida", porque, ¿qué otro uso podría tener a parte de llevar sándwiches? Sin embargo Mercedes-Benz tenía planes de ofrecer versiones extendidas de hasta tres y cuatro plazas.
La pequeña caja diseñada con escuadra y cartabón que ideó el equipo de DaimlerChrysler contaba con una especie de ventana trasera "panorámica" de plexiglas, que bien podría haber hecho las veces de cabina para pasear a un Papa en miniatura (¿podría quitarse?). Además disponía de dirección a las cuatro ruedas para mejorar su maniobrabilidad por las calles de la ciudad.
El único vestigio que vemos de la firma de la estrella es el logo de Mercedes-Benz en el capó y los tapacubos dorados, pero el detalle de las puertas deslizantes vaticinaba el fin de los picotazos a los coches vecinos tras aparcar. Eso sí que parecía buena idea.
Las evidentes lagunas en los criterios de seguridad hicieron que se quedara en un prototipo. Pero no se dieron por vencido y como sabemos, fundó MCC Smart (abreviatura de Micro Compact Car Swatch Mercedes Art) porque había comprado el coche de Swatch y tenían que dar salida a su idea se coche urbano. Además, no querían abandonar un proyecto que consideraban viable.
En 1997, el primer Smart sale a la calle, anunciado a bombo y platillo, aunque las cifras de venta son un serio varapalo. Aún así, más de una década después, el Smart se ha hecho con un nicho de mercado que hasta este año, con el Toyota iQ, ninguna marca había tratado de explorar.
Sus primeros modelos allá por 1994, sin presencia de ángulos de 90 grados, se parecían más a los que se verían por las ciudades años más tarde.
Aunque se trate de un diseño difícil de ver, son estos prototipos y experimentos los que sientan las bases de líneas de producción más longevas. Y si no, que se lo digan a la marca brasileña Gurgel, que fabricó desde 1969 hasta 1992 una línea similar que gozó de buena acogida en Brasil. De verdad. Este es su SuperMini eléctrico:
Habría sido divertido ver uno de estos microcoches en una prueba de choque de Euro NCAP.
Vía | Jalopnik
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