Ponte en situación. 7:20 de la mañana del 1 de enero de 2012. Vas con tu Mercedes CLK Cabrio (con la capota puesta, eso sí) por la Avenida de Fátima, en Málaga. De repente, sin saber cómo, tu vida da un vuelco de 180 grados. Vamos, que te quedas con el coche ruedas arriba en mitad de la calle.
¿Es eso lo peor que te puede pasar? No, hombre, no. Sales del coche, te sacudes el polvo del traje con que te has vestido de forma elegante para pasar la mejor noche del año, y cuando sales de tu aturdimiento esperas a que venga la ayuda de la Policía Local, la grúa… y te pones a darle la vuelta al coche vestido como si fueras a casarte, colaborando en el destrozo subsiguiente.
A partir de ahí, mejor dejamos las palabras y le damos al play, que el dolor de este suceso se vive de manera mucho más intensa viendo la acción de rescate del vehículo y, sobre todo, subiendo mucho el volumen de vuestros altavoces. Ojo, si lleváis puestos los cascos, antes de hacer nada id pidiendo una visita al otorrino, que lo de la tiza contra la pizarra es música celestial comparado con esto:
Eso es dolor, y no lo del dentista.
Vía | Diario Sur
