Porsche es una marca muy prestigiosa y popular. A lo largo de su historia, además de crear modelos emblemáticos como el 911 y de éxito como el Cayenne, también ha trabajado para otras marcas, desde Studebaker hasta Opel e incluso para Airbus. Su prestigio la hace tan conocida que cada día en el mundo se venden centenares de productos con el nombre de Porsche y su logotipo sin el consentimiento de la marca.
Para proteger su imagen de marca, el fabricante alemán cuenta con un equipo cuyo único trabajo es cerrar las fábricas que produzcan productos falsificados y confiscar esos productos antes de que lleguen al mercado.
El equipo lo componen tres personas, Thomas Fischer, Michaela Stoiber y Andreas Kirchgäßner. Según datos de Porsche, en 2018 el trío ayudó a connfiscar más de 200.000 productos por valor de 60 millones de euros en el mercado.
Los productos falsificados pueden ser de cualquier índole. De hecho, los falsos recambios de Porsche son una minoría. De los 200.000 productos confiscados en 2018, tan sólo 33.000 eran falsos recambios (por un valor de “solo” dos millones de euros). Eso sí, son los más peligrosos. Un disco defectuoso o una llanta que se parte cuando el coche pasa por un bache puede tener consecuencias muy graves para los usuarios.
El resto de productos son de lo más variopinto: gorras, camisetas, tazas, relojes o cualquier cosa que se le ocurra a un falsificador ponerle el logotipo de Porsche. Stoiber cuenta que en una ocasión confiscaron en Turquía miles de pastillas para la disfunción eréctil con la forma del logotipo de Porsche.
Burdas falsificaciones y errores de ortografía en alemán
“En ocasiones, la falsificación es obvia”, explica Stoiber en el comunicado. “Los productos son mucho más baratos de lo normal o el logotipo de Porsche ha sido copiado burdamente. A veces, nos encontramos con un animal diferente en el centro del emblema. Por ejemplo, en lugar de un caballo puede ser una oveja sobre sus dos patas posteriores”.
En otras ocasiones, la falsificación es bastante lograda, pero son los detalles que la delatan. Como este embellecedor cuya caja contiene errores ortográficos en alemán. Se puede leer “Kontrolllerte Qualitat” en lugar de “Kontrolliert Qualität”. Claro que si no dominados el alemán, nos la pueden colar.
Según Porsche, el 80 % de los productos confiscados proceden de China. Shenzen, una ciudad a una hora al norte de Hong-Kong, es uno de los principales centros de falsificación industrial del mundo. Stoiber reconoce que viaja mucho a esa ciudad para participar en el cierre de factorías o haciéndose pasar por una compradora para destapar los falsificadores.
El trío de expertos de Porsche explica que la mayoría de esos productos se venden en eBay, Amazon, Ali Express y casi cualquier plataforma de venta online, pero gracias al trabajo de este equipo las falsificaciones abiertamente en venta han bajado un tercio. Me da que mientras Porsche siga siendo tan prestigiosa, trabajo no le va a faltar a este equipo.