Rivian ha solicitado recientemente su salida a bolsa (lo que se conoce como OPI, de Oferta Pública Inicial o IPO en inglés), que según fuentes como la agencia Bloomberg, podría resultar en una valoración de 80.000 millones de dólares. Así, la niña bonita de las start-up de coches eléctricos superaría con creces la de la oferta pública inicial de Tesla en 2010, que debutó en Bolsa con un precio de 17 dólares por acción.
Ahora, se han revelado algunos detalles sobre la documentación presentada por la empresa capitaneada por RJ Scaringe y apoyada por Amazon, BlackRock y Ford a la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU, que ponen de manifiesto que una valoración tan elevada podría resultar contraproducente para Rivian, e incluso algo temeraria.
Lo que revelan las cifras
Rivian Automotive está ante una gran oportunidad para convertirse en un exitoso fabricante de vehículos a batería. En caso de que lograse encontrar inversores para el 10 % de sus acciones, podría obtener hasta 8.000 millones de dólares para financiar su mayor crecimiento desde que se fundó en 2009.
Esta inyección se sumaría a los 10.500 millones de dólares en fondos de capital de riesgo que ya ha obtenido desde febrero de 2019 por parte de inversores de la talla de Amazon.com, BlackRock, Cox Automotive, Ford Motor o T. Rowe Price, y que se destinaron a desarrollar tanto la pick-up eléctrica Rivian R1T como el SUV eléctrico R1S.
Aunque Rivian se fundó hace ya 12 años, hasta finales del pasado mes de junio no había generado ingresos (terminó el mes con apenas 3.700 millones de dólares en su haber). De hecho, la propia compañía ya hizo público que tuvo unas pérdidas netas de 426 millones en 2019, que llegaron a los 1.018 millones en 2020 y no parece que este año vaya a ser mucho mejor, pues las pérdidas ya eran de 994 millones de dólares netos en la primera mitad del año.
Las esperanzas de la compañía están puestas en que, por fin, las primeras unidades de su R1T empezaron a salir de fábrica el pasado mes de septiembre. A finales de mes, Rivian ya acumulaba 48.390 pedidos de la R1S y el R1T, tal y como se evidencia en los documentos aportados por la empresa antes de su salida a bolsa. Pedidos que los clientes pueden cancelar en cualquier momento y recuperar así el depósito de 1.000 dólares que dieron para la reserva.
Sin embargo, preocupan la rentabilidad y el éxito financiero a largo plazo y el hecho de que equiparar una capitalización bursátil igual a la de General Motors parece demasiado ambicioso para un fabricante como Rivian. "Incluso si somos capaces de desarrollar con éxito nuestros vehículos y atraer clientes, no hay garantía de que vayamos a tener éxito financiero", declaró recientemente el propio Scaringe.
Por su parte, Elon Musk ha llevado a Tesla hasta una capitalización superior a los 700.000 millones de dólares.
En cuanto Lucid, uno de los rivales directos de Rivian, cotiza a 2,8 veces su propia estimación de ingresos para 2025. Tal y como han calculado algunos medios expertos en economía y finanzas, si se aplica esta cifra a un precio medio por vehículo de 75.000 dólares, Rivian tendría que vender aproximadamente unos 400.000 vehículos al año para ese año y generaría alrededor de 37.000 millones de dólares.
Como esta cifra es un tercio más de su capacidad actual, esto justificaría que Scaringe estuviera buscando una segunda planta para fabricar sus eléctricos.
Visto de otra forma, para justificar una valoración en Bolsa de 80.000 millones de dólares, según Reuters Rivian tendría que generar casi 4.000 millones de beneficio neto o EBITDA (acrónimo de los términos en inglés Earnings Before Interest Taxes Depreciation and Amortization) en 2025. Una estimación que utiliza entre otras, las propias proyecciones de Lucid y la estimación de Morgan Stanley para Tesla.
En conclusión, Rivian podría llegar a alcanzar suficiente potencial como para superar sus riesgos, sin embargo, una valoración excesivamente halagüeña en Bolsa, podría hacer que la empresa se lanzara a los mercados públicos de forma temeraria.
Para acercarse a sus objetivos, Rivian no tiene margen para más retrasos o problemas como el de la “producción infernal” que sufrió Tesla con el lanzamiento de su Model 3. Al menos Musk por aquél entonces no contaba con los rivales a los que se enfrenta hoy por hoy Scaringe. Ford, por ejemplo, ya tiene 120.000 reservas para su camioneta eléctrica F-150.
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