El mercado del crudo está viviendo una crisis sin precedentes. La pandemia del Covid-19 ha provocado el derrumbe de la demanda de productos derivados del petróleo, como los carburantes o el queroseno, a lo que se une una guerra interna entre los grandes productores de la Organización de Países Exportadores del Petróleo y sus aliados (OPEP+): Rusia y Arabia Saudí.
Los productores tienen tanto excedente almacenado que están empezando a usar los enormes barcos petroleros como carísimos almacenes flotantes.
Un mercado superabastecido
Según publica Bloomberg, los comerciantes están recurriendo a utilizar la flota mundial de superpetroleros como instalaciones temporales de almacenamiento flotante, llenándolos con millones de barriles a los que aún no pueden dar salida.
El gigante del comercio de productos básicos Glencore Plc ha contratado a Europa, el petrolero más grande del mundo, para almacenar crudo.
Ahora mismo el de las empresas comercializadoras es el negocio más rentable, unido al del transporte de crudo, cuyo precio se ha multiplicado por siete ante la enorme cantidad de excedente.
Para hacernos una idea de las tarifas de flete, hoy en día se puede llegar a pagar hasta 400.000 dólares al día por almacenar petróleo en un barco petrolero, cuando antes el precio rondaba los 18.000 dólares.
Lo que hacen los comerciantes es comprar el petróleo a precios bajos para venderlo inmediatamente en el mercado de futuros; así no se ven expuestos a los vaivenes de las guerras internas de la OPEP+ y pueden degustar su trozo del pastel en forma de ganancias.
Es decir: el coste de un barril de petróleo hoy está muy por debajo de lo que el mercado estará dispuesto a pagar en seis meses, por lo que se puede jugar con la diferencia de precios y lograr una transacción rentable aún en momentos de crisis como este.
Ya hay enormes depósitos flotantes aguardando un momento mejor en la costa de Singapur o el Mar del Norte, ante la escasez de lugares de almacenamiento en tierra.
Donald Trump ha mostrado su asombro ante esta situación, afirmando que "hay petróleo por todos los océanos en este momento. Ahí es donde lo almacenan; nunca hemos visto algo así".
Según recoge la cabecera económica, el cofundador de la la principal empresa comercializadora de petróleo, Marco Dunand, estima que 250 millones de barriles de crudo y productos refinados ya están en el agua, ya sea como almacenamiento flotante o esperando ser descargados porque las refinerías no pueden aceptar más crudo por ahora.
Y de fondo, la guerra entre Moscú y Riad
El crudo brent superó los 34 dólares el barril el martes por la mañana después de un aumento del 3 % durante la noche, mientras los operadores siguen esperando una tregua entre Rusia y Arabia Saudí que resulte en un descenso de la producción y un reflote del precio.
Estados Unidos está presionando para que actúen y cumplan con el objetivo de reducir la producción en 10 millones de barriles por día a partir de mayo (sin ofrecer nada a cambio ni asumir recortes) y compensar la caída de la demanda, pero Rusia podría alargar la situación para obtener una posición de dominio y ganar cuota de mercado.
LIGHT AT THE END OF THE TUNNEL!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) April 6, 2020
De momento no parece que vaya a haber consenso entre los miembros de la OPEP, Rusia y otros nueve productores que dominan el mercado mundial, aunque este jueves tendrá lugar una videoconferencia a la que han sido invitados 36 países, entre los que se encuentran Canadá, Reino Unido, EEUU o Brasil.
Hasta que no se pongan de acuerdo en cuanto a la cuota de producción de cada uno y lo que están dispuestos a asumir como conjunto y no como ente aislado, no habrá muchos cambios. Y aquí EEUU, primer productor a nivel mundial, tiene mucho que decir (y que asumir).
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