Por si alguno no se había dado cuenta, todo lo que se vende no fija su precio en función del valor real, sino de lo que el comprador está dispuesto a pagar por él. Con eso se configura el equipamiento básico de los coches. No el que la gente necesita, sino el básico hasta atraerlo al concesionario para después empezar a cargarlo de extras.
Como estrategia comercial es respetable, siempre que, como consumidores, seamos suficientemente listos como para no caer en la trampa. Porque existen algunos elementos básicos cuya carencia sólo puede ser denominada como pecado.
Obviamente, el equipamiento mínimo exigible depende de la categoría del coche y de su precio. Pero si llegamos a un concesionario y nos dicen que no vienen de serie, que debemos pagar más por ellos, es para echarse a pensar, o directamente huír de ellos como de la peste. Primero veamos cuáles son, y después veremos por qué.
1. ESP
En sus múltiples denominaciones (ESP, ESC, DSC...), que quiere decir programa electrónico de estabilidad. Es decir, un pequeño chip que Bosch fabrica para muchísimos fabricantes y que podría salvar 4.000 vidas al año.
Puede haber excepciones, como quizás un coche urbano muy económico con el que no vayamos a salir de ciudad. En ese caso sólo es recomendable, en el resto de casos es obligatorio (no por ley pero sí por sentido común).
2. MP3 y entrada USB
Muy posiblemente tu móvil (aunque quizás lo ignoras) puede reproducir MP3 y tiene conectividad USB para conectarlo a un ordenador. Aunque desconozco el dato, me imagino que el precio medio de un móvil sin subvencionar será de unos 200 euros, por decir una cifra. El precio medio de los coches nuevos que se venden en España ronda los 18.000 euros. ¿De verdad es asumible comprar un coche de ese precio con electrónica antediluviana?
El caso más curioso son las marcas que ofrecen cargador de 6 CD´s como opción más económica antes que los MP3 o USB. Aunque el coste actual de producción es mucho más económico para el segundo, éste es más caro para el consumidor. Que no te den gato por liebre.
3. Bluetooth
Por el mismo motivo, la conectividad Bluetooth con el teléfono móvil es algo de coste fácilmente implementable por los fabricantes, y es además un elemento de confort (debería serlo) y de seguridad (no debería ya que nadie podría utilizar el móvil sin él, pero lo cierto es que ocurre).
4. Volante de cuero
Sí, se trata de un pequeño lujo, pero posiblemente el volante es una de las superficies que más tiempo pasamos tocando. ¿No merece la pena que sea un poco agradable al tacto? En muchos coches, tener un volante de plástico no es un detalle de asteridad, sino de masoquismo.
5. Reposacabezas central trasero
Hago mía la cruzada de mi compañero Javier Costas a favor de los reposacabezas traseros. No son pocas marcas la que dejan el reposacabezas central trasero como opción. Es muy interesante que sean replegables para no perjudicar la visibilidad trasera cuando no viaja ningún pasajero en esa plaza, y el cinturón siempre de tres puntos para no penalizar la seguridad de ese pasajero.
¿Qué tienen en común todas estas opciones?
De forma resumida, su coste de producción es realmente bajo si las marcas las incluyen de serie en todas las unidades, y el beneficio para el comprador es razonablemente alto comparado con su coste. No podemos obligar a las marcas a hacerlo, no tiene sentido intervenir el mercado por opciones como el volante de cuero (sí por el ESP, por ejemplo).
Sin embargo, como consumidores tenemos una potente arma en nuestras manos: escoger un coche que lo tenga de serie (aunque su coste ya se vea repercutido en el precio), y que no nos obliguen a pasar por caja si las queremos.
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