Según un reciente estudio realizado por la consultora americana Polk, los coches adquiridos en Estados Unidos han llegado a un récord de 71,4 meses de vida útil, casi seis años en un país donde este plazo de tiempo ha aumentado en un 23 % desde 2008, coincidiendo con la recesión económica. En el caso de los coches usados, los conductores estadounidenses los estiran hasta los 49,9 meses.
Las razones analizadas a raíz de los datos de matriculación de vehículos hasta septiembre de 2011 hablan de consumidores conservadores en un mercado laboral débil y con tasas de desempleo relativamente altas, financiaciones a largo plazo para rebajar las cuotas mensuales que se pagan por comprar un coche y la mayor fiabilidad de los coches actuales frente a sus predecesores.
Los mercados de accesorios se están poniendo las pilas para hacer frente a los pedidos que se les vienen encima. No tienen ganas de que les pille la situación con roturas de stock en las piezas más demandadas. Y mientras tanto, las previsiones de Polk no parecen contemplar un cambio de tendencia en unos cuantos años. El estancamiento va para largo.
Fuente | Automotive News
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