Alemania está que trina con los coches diésel. Con Merkel en plena campaña electoral y una sonada cumbre del diésel, se acordó el verano pasado la actualización de 5,3 millones de vehículos diésel en Alemania. Ahora, tras un histórico fallo que permite que las ciudades puedan prohibir la circulación de estos coches, vemos cómo se acelera el reloj de arena.
Según publica Der Spiegel, el gobiero federal está considerando que las compañías automotrices paguen 5.000 millones de euros para un fondo destinado a reequipar parte de la flota diésel con los llamados convertidores catalíticos SCR.
¿Parte del plan inicial o un extra que no va a gustar?
Según la información de la cabecera alemana, en este fondo de 5.000 millones de euros colaborarán tanto las compañías automotrices como el gobierno. Su objetivo es adaptar el hardware de parte de la flota diésel para que sea reequipada con tecnología de inyección Adblue.
Este plan de reacondicionamiento afectaría a una gran parte de los 15 millones de automóviles diésel en Alemania, pues solo 2,7 millones están equipados con la última tecnología de emisiones Euro6. Las ciudades que se sitúan en el punto de mira por su pobre calidad del aire son Stuttgart y Múnich.
Recordemos que en agosto, la cumbre de diésel se saldó con el compromiso Daimler, BMW, el Grupo Volkswagen y Ford de actualizar el software de 5,3 millones de vehículos diésel de clase Euro4 y Euro5 para evitar remedios más costosos y prohibiciones de conducción en las ciudades.
Si este fondo resulta ser adicional al arreglo que se acordó en dicha cumbre, podemos sacar dos conclusiones:
- Las compañías van a pagar por dos la persecución del diésel.
- Van a pagar y además se van a producir las temidas prohibiciones.
Según Der Spiegel, los ministros federales competentes quieren votar junto con el Canciller Federal en una reunión a puertas cerradas la próxima semana en el Castillo Messberg sobre cómo proceder en la crisis del diésel.
En Alemania, la industria automotriz emplea a unas 800.000 personas y el gobierno de Merkel se esfuerza por minimizar la posibilidad de que el diésel quede desterrado. Según las empresas, la aplicación de este fallo podría reducir el valor de reventa de hasta 15 millones de vehículos en Alemania.
Mientras tanto, las matriculaciones caen en Alemania
Tras el fallo del Tribunal Administrativo de Alemania, la matriculación de vehículos diésel en el país occidental ha caído solo en el mes de marzo un 3,4 %. Según ha comunicado la Autoridad Federal de Vehículos Motorizados (KBA), las matriculaciones totales del mercado cayeron a 347.433 unidades.
Las compañías más afectadas por el declive han sido Audi (-13 %); BMW y Mercedes-Benz (-5,4 %); Volvo, que se ha pegado un buen batacazo (-25 %); Opel (-24 %); Renault (-16 %) o Toyota (-6,9 %).
Por el contrario, firmas como Volkswagen, Kian, Nissan, Peugeot y Hyundai han resistido la tendencia a la baja. Las ventas de SEAT han crecido un 4,8 %; Skoda un 3,9 % y Hyundai un 11 %.