El Gobierno acaba de anunciar que ya ha comenzado los trámites para eliminar los peajes en dos autopistas que terminan concesión en agosto de 2021: la autopista AP-2, entre Zaragoza y El Vendrell (Tarragona), y la AP-7, en el tramo que une Tarragona y La Jonquera (Gerona). Se trata de dos de las tres autopistas que el Ejecutivo había anunciado que pasarían a ser gratuitas dicho año, tras finalizar el contrato con la concesionaria Abertis.
Con unas nuevas elecciones generales a la vuelta de la esquina, el actual Gobierno en funciones sigue en su cruzada de liberalizar varias de la autopistas españolas, que comenzó con la AP-1 entre Burgos y Armiñón (Álava) en diciembre de 2018 y que continuaba con la AP-4 (Sevilla-Cádiz) y la AP-7, en el tramo que une la provincia de Tarragona con Alicante, que dejarán de cobrar por su uso a partir de del 1 de enero de 2020.
Hay que recordar que el total de autopistas en las que se planificaba devolver su propiedad y gestión al Estado eran seis, por lo que sólo restaría el tramo de la AP-7, entre Montmeló y el Papiol, cuya concesión con Acesa (Abertis) también finaliza el 31 del agosto de 2021.
Más autopistas que pasan a ser gratuitas e incógnitas en el horizonte
De esta manera, el Ministerio de Fomento ha sacado a concurso un estudio sobre la distribución del tráfico en la mencionada autopista y tramo una vez se supriman los peajes. El Gobierno invertirá en el mismo 810.700 euros, según ha confirmado la cartera dirigida por José Luis Ábalos y que recoge el diario económico Expansión.
Así, el objetivo de este estudio es analizar el tráfico y la movilidad en estas vías y determinar cómo incidirá en ellas la eliminación del cobro por uso. El fin último, según ha informado Fomento, es determinar si es preciso o no realizar cualquier tipo de obras o actuación para acomodar la posible demanda de tráfico derivada de la redistribución que pueda ocasionarse por la supresión de peajes en ambas autopistas.
En lo que toca al tramo de la AP-7 entre La Jonquera y Tarragona, pasando por Barcelona, tiene una extensión de 236,34 kilómetros, siendo una de las carreteras de pago que más volumen de vehículos acoge en toda España, con un total de más de 50.000 vehículos diarios.
Como publica Expansión, al cierre de agosto de 2019, se contabilizaron al día 59.088 usuarios entre Barcelona y Tarragona (lo que supone una subida del 3,6 % en comparación a agosto de 2018), mientras que entre la Ciudad Condal y La Jonquera, municipio casi en la frontera con Francia, el flujo fue de 50.624 conductores diarios, un 1,35% más.
Por su parte, el tramo de la AP-2 Zaragoza-Mediterráneo, que une la capital aragonesa con la localidad de El Vendrell (Tarragona), con una longitud de 249 kilómetros, ha registrado una media diaria de 13.357 vehículos circulando durante los ocho primeros meses del año, suponiendo un incremento del 6,9 % en comparación a 2018.
Veremos si, al pasar a ser gratuitas, ello se traduce en más recortes de empleo. No en vano, hay que recordar que Abertis, también concesionaria de la AP-4 (Sevilla-Cádiz) y el tramo de la AP-7 que comunica Tarragona con la Comunidad Valenciana, acaba de presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) para 140 trabajadores en ambas vías.
Y todo ello sigue aderezado con la propuesta de Fomento formulada el pasado mes de agosto de aplicar el pago por uso de las autovías actualmente 'gratuitas' (pues son mantenidas con el bolsillo del contribuyente), con el fin de acoger un modelo de financiación de autovías sostenible, y que, como era de esperar, ha despertado la polémica.
En Motorpasión | Así de bien nos vendieron las autopistas de peaje allá por el año 1972 | La ausencia de límites de velocidad en Alemania como 'icono cultural': ¿Es la Autobahn un terreno sagrado?