A la industria petrolera se le está poniendo a prueba "como nunca antes".
Es una de las principales conclusiones a las que ha llegado la Agencia Internacional de Energía (AIE por sus siglas en inglés) en su último informe, en el que destaca que, aunque la demanda mundial de petróleo seguirá aumentado cada año hasta 2026, puede que estemos cerca del temido peak oil.
La demanda de petróleo se ha recuperado, pero podría no durar
Los mercados mundiales del petróleo se han recuperado del batacazo que supuso el confinamiento masivo en 2020, pero aún enfrentan un alto grado de incertidumbre.
De aquí a 2026 se estima que la demanda de petróleo aumentará a 104 millones de barriles por día, un 4 % más que en 2019. Asia se sitúa a la cabeza de este crecimiento a nivel mundial.
En este escenario, el sector espera que la vacuna sea el antídoto contra la escasez de demanda y que a medida que disminuyan los contagios, aumenten los viajes por mar, tierra y aire.
Pero esta tendencia no implica que vaya a durar; no si se implementan políticas encaminadas hacia el fin del uso de combustibles fósiles, como ha hecho Reino Unido con la prohibición de vender a partir de 2030 vehículos equipados con motores de combustión.
De acuerdo a las estimaciones a medio plazo de la AIE, el pronóstico para la demanda mundial de petróleo ha bajado, y podría alcanzar su punto máximo antes de lo que se pensaba.
Sobre todo en lo que respecta a la gasolina debido al auge de los vehículos eléctricos. Según la AIE, para 2030 se venderán unos 150 millones de coches eléctricos al año; un 28 % más que en la actualidad.
Para conseguir llegar al peak oil a corto plazo la agencia cree que es necesario impulsar la venta de coches eléctricos y frenar el uso del petróleo en el sector energético.
El hidrógeno verde o con bajo contenido el carbono, el fin de las emisiones de metano o el uso de energías renovables conforman el resto de claves para descarbonizar la industria.
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