El fabricante japonés está un poco on fire a nivel periodístico, tras conocerse dos problemas que obligan al fabricante a revisar más de un millón de coches. En Norteamérica, el 2003-2007 Honda Accord —no confundir con el europeo— y el 2007-2008 Acura TL tienen una potencial fuga de líquido de la dirección asistida.
Dicha fuga puede combinarse con altas temperaturas y resultar en incendio. Solo ha ocurrido una vez y sin daños personales, pero mejor asegurarse el resultado. También está gafado el Honda CR-V, 489.000 unidades en las que puede colarse agua en el mecanismo del elevalunas eléctrico y a la larga producir resistencia y un incendio.
Los modelos afectados se vendieron entre 2002 y 2006, en Europa hay 220.000 posibles afectados, unos cuantos en España. Tampoco ha habido que lamentar víctimas todavía, pero hay cinco casos de conato de incendio. Estas llamadas a revisión costarán al fabricante una buena suma de dinero, no son incidentes menores.