Curiosa paradoja tenemos aquí. Nuestros vehículos incorporan cada vez más sistemas diseñados para interactuar con la carretera por la que circulamos, y sin embargo, esos avances resultan inútiles por el mal estado de nuestra red vial.
Sistemas como el avisador de cambio involuntario de carril, o de reconocimiento de señales pierden eficacia, según estos dos consorcios europeos, debido a que para empezar aún existen demasiadas diferencias entre unos países y otros, lo que dificulta el desarrollo tecnológico de estos sistemas.
Para seguir, el mal estado de muchas marcas viales o de señales verticales imposibilita el buen funcionamiento de estos sistemas. Como es lógico y esperable, tanto EuroNCAP y EuroRAP hacen un llamamiento a la colaboración entre empresas constructoras de carreteras y la industria automovilística, con el fin de conseguir que estos sistemas de seguridad que se están implantando funciones correctamente.
¿De qué nos sirve tener un sistema que no puede funcionar correctamente por la falta de mantenimiento de las carreteras? Pues de nada. Además hay otro efecto perverso que se añade a la pérdida de efectividad, y es la desincentivación para los conductores, que al final, prefieren no montar estos sistemas porque, simplemente, no ven su utilidad.
Vía | La Vanguardia
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