España no se quiere quedar fuera del ambicioso plan de la UE de 43.000 millones de euros para fabricar sus propios microchips.
La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha comunicado la intención del Gobierno español de formar parte de este proyecto para reforzar la industria automotriz, que depende en gran medida de proveedores taiwaneses y chinos.
Objetivo: duplicar la participación europea en el mercado de semiconductores
"Nuestro objetivo es que España participe en el diseño y producción del microchip europeo del futuro y reforzar nuestra autonomía industrial en este ámbito", ha dicho Maroto en declaraciones recogidas por El Mundo.
Actualmente Europa tiene una cuota de mercado global de producción de semiconductores de menos del 10 % y depende en gran medida de los proveedores de terceros países, sobre todo en Asia.
Taiwán, Corea del Sur y China acaparan el 87 % del mercado mundial de microchips. Solo la taiwanesa TSMC representa el 54 % de cuota de mercado mundial, así que todo lo que ocurra en el país, sequías incluidas, afecta al resto del mundo.
El objetivo de la UE es duplicar la participación europea en el mercado de chips al 20 % para 2030.
En noviembre, Maroto aseguró que el Gobierno está trabajando para que España pueda producir sus propios semiconductores, una afirmación bastante optimista dada la enorme inversión que supone una fábrica de microchips.
De momento, los datos no son buenos y se prevé que en 2022 tampoco se supere el millón de unidades fabricadas, con este mes de enero cerrando como el segundo más bajo de toda la serie histórica desde el año 2000.
El sector señala como principal causa el desabastecimiento de semiconductores, que se ha ido agravando según han ido avanzando los meses. La falta de estos componentes también se está notando en el mercado y los concesionarios ya acumulan un retraso de 250.000 pedidos.
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