El Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT sus siglas en inglés), en un nuevo estudio, analiza el fenómeno del coche eléctrico compartido en Europa y América del Norte, proporcionando información detallada sobre las necesidades de infraestructura de carga y las mejores prácticas del carsharing.
En resumen, los programas de uso compartido de vehículos eléctricos pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 43 %.
La infraestructura de carga como factor clave
Este estudio de el ICCT, aseguran que el carsharing eléctrico puede mejorar los beneficios medioambientales comparado con compartir los coches con motor de combustión convencional y mitigar los impactos negativos.
Ya que, la electrificación del coche compartido aporta diferentes beneficios a las ciudades, como la reducción de emisiones de gases nocivos, pero también pueden ayudar a impulsar la instalación de puntos de carga o aumentar las opciones de aparcamiento público.
Se considera que la infraestructura es un factor clave para que el carsharing sea un éxito. El ICCT recomienda que haya siete cargadores por cada kilómetro cuadrado distribuidos por la zona de manera equitativa.
Aparte de la reducción de gases en el caso del carsharing, en general, es el ahorro que conlleva utilizar este tipo de transporte ya que se eliminan los gastos que supone tener un vehículo en propiedad pero disponiendo en todo momento de un coche para cuando se necesite.
El ICCT enfatiza que el carsharing eléctricos es más complejo que el uso compartido de automóviles convencional, sobre todo por el problema de los puntos de recarga, por lo que se necesitan nuevas estrategias e infraestructura poder aprovechar estos beneficios.
Francia tiene una flota de carsharing eléctrico del 100 %
En 2019, una encuesta mostró que el 66 % de todas las flotas de carsharing eran totalmente eléctricas o ofrecían algunos vehículos eléctricos, y el 25 % de los países con carsharing tenían ciudades donde las flotas de coches exclusivamente en vehículos eléctricos de batería.
En el caso de Francia, por ejemplo, el 100 % de la flota de coche compartido es eléctrico y, en Copenhague, se ha visto la mayor reducción de emisiones de gases invernadero -del 9% al 43 %- con este tipo de transporte.
En el caso de España, desde junio de 2020, Madrid ha implementado estas zonas exclusivas para aparcar un coche compartido. El Ayuntamiento ha decidido ampliarlo debido a que el 82 % de la flota del coche compartido en la ciudad es de cero emisiones, lo cual está catalogado como transporte sostenible.
La ventaja que ofrece el vehículo eléctrico compartido en Madrid es que puedes acceder a las zonas restringidas de forma gratuita, garantizando una zona de aparcamiento gratuita en muchas localizaciones.
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