Tras la polémica por los llamados vuelos fantasma de Lufthansa, que aseguró que tendría que operar cerca de 18.000 vuelos casi vacíos para no perder derechos de despegue y aterrizaje, Bruselas se ha mencionado.
El portavoz de la Comisión Europea, Stefan De Keersmaecker, ha negado este hecho asegurando que "las normas de la UE no obligan a las aerolíneas a volar o a mantener aviones vacíos en el aire. Operar rutas o no es una decisión comercial de la compañía aérea y no un resultado de las normas de la UE".
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En su Twitter, el portavoz europeo ha reconocido que los vuelos vacíos "son malos para la economía y malos para el medio ambiente", y que precisamente por eso la Comisión desarrolló medidas para evitar este tipo de vuelos.
Empty flights or "ghost flights" are bad for the economy and bad for the environment. That is why the Commission developed measures from the start of the pandemic to avoid such flights. A thread... (1/7).
— Stefan De Keersmaecker (@SKeersmaecker) January 13, 2022
No obstante, asegura, ninguna aerolínea ha podido probar que se hayan operado esos vuelos casi vacíos de los que se habla.
Desde Bruselas han explicado que, si bien antes de la pandemia las compañías aéreas necesitaban usar el 80 % de sus derechos de franjas horarias para conservarlas para la próxima temporada, con la expansión del virus y drástica caída de vuelos se eliminó este requisito.
Son los denominados 'slots', que han ido aumentando según se han ido recuperando los vuelos. Para esta temporada de invierno, las aerolíneas pueden usar solo el 50 % de esas franjas (una cifra que aumentará hasta el 64 % a partir de marzo) y además, asegura De Keersmaecker, pueden acogerse a una "excepción por uso no justificado".
Esta medida provocó el malestar de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), que calificó la decisión como "fuera de la realidad" y argumentó que Bruselas había ignorado el asesoramiento y las pruebas presentadas por los Estados Miembros de la UE y la industria de las aerolíneas, que habían defendido un umbral mucho más bajo:
"El resultado de estos cambios será la restricción de la capacidad de las aerolíneas para operar con la agilidad necesaria para responder a una demanda impredecible y que cambia rápidamente, lo que generará vuelos innecesarios y que derrocharán el medio ambiente", dijo la IATA en julio.
En el polo opuesto, las aerolíneas de bajo coste, como Ryanair o Wizz Air UK, que piden un incremento de los slots para ganar terreno a cambio de precios más bajos.
Foto | Lufthansa
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