Desde la llegada de la electrónica a la Fórmula 1, la utilización de mapas de motor específicos tanto para clasificación como para carrera era algo habitual. Los monoplazas cuentan con diversas preconfiguraciones de curvas de potencia que posteriormente son utilizadas por los pilotos en función de las necesidades de potencia, ahorro de consumo, etc de cada momento. Principalmente, el sábado se buscaba que el motor entregara la mayor cantidad de potencia posible para buscar el mejor tiempo mientras que el domingo se buscaba un compromiso entre potencia y fiabilidad.
Pero eso en principio se ha acabado ya que la FIA ha prohibido el cambio de mapa motor entre clasificación y carrera, una medida que parece tener como único objetivo Red Bull. El dominio de los monoplazas anglo-británicos austriacos durante la jornada de los sábados parece basado en un mapa motor concreto que permite seguir expulsando gases a máximo rendimiento aún cuando el piloto no está pisando el acelerador.
Esta medida junto con la prohibición de los difusores soplados a partir del próximo Gran Premio de Inglaterra debería acabar de golpe con la superioridad de Red Bull, permitiendo que tanto McLaren y Ferrari aspiren a algo más que a los cajones menos importantes del podio. La enésima maniobra de la FIA que busca el espectáculo capando las prestaciones de los que destacan. Ahora la preguntas es: ¿por qué no hicieron lo mismo con el doble difusor de Brawn GP en 2009?.
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