Antes de lo habitual, la Fórmula 1 regresa a Europa y lo hace con el Gran Premio de la Emilia Romagna, que por segunda vez se disputará en el circuito de Imola. Tan solo es la segunda carrera de la temporada, pero va a ser crucial para identificar qué año le espera a Fernando Alonso en su vuelta a la Fórmula 1.
La temporada pasada Renault tan solo consiguió dos podios: en Nürburgring y en Imola. El trazado alemán se ha caído del calendario en 2021, así que el Autódromo Enzo e Dino Ferrari será la mejor piedra de toque para ver si el pobre rendimiento del Alpine A521 en Baréin fue cosa del circuito o si hay más problemas detrás.
En Alpine creen que las altas temperaturas les lastraron en Baréin
En Sakhir lo que vimos de Alpine no fue nada alentador, ni en pretemporada ni en el Gran Premio. El coche era lento, y solo una brillante clasificación de Alonso el sábado lo camufló un poco. Pero en carrera el asturiano fue hacia atrás, y Esteban Ocon se mantuvo impotente en la zona media-baja de la parrilla.
Quizá Imola no es el circuito perfecto para Alpine, que acostumbra a ir mejor en trazados con mucha recta y poca carga como Monza o Montreal, pero se las apañaron para que Daniel Ricciardo saliese quinto y acabase en tercera posición la carrera. El Renault funcionaba bien, y con una base tan idéntica, el Alpine debería repetir.
"Es justo decir que estamos menos contentos con el coche en condiciones calurosas. Los libres 3 en Baréin fueron un poco más difíciles para nosotros, pero en las sesiones nocturnas, los libres 2 y la clasificación, volvimos a un nivel de competitividad más representativo", dice Marcin Budkowski, el director ejecutivo de Alpine.
El equipo francés lamenta que su coche achaca bastante el calor y confía en que en Imola haya menos temperatura incluso que en la noche de Sakhir, lo que les favorecería. Recordemos que allí, tras una pretemporada impoluta en cuanto a fiabilidad, un envoltorio de un bocadillo bloqueó el freno de Alonso, pero ya estaba sufriendo problemas eléctricos de antes.
Budkowski explica que "no todos los monoplazas reaccionarán de la misma forma a estas condiciones. Nos asustamos un poco el viernes por la mañana. Parecíamos ser poco competitivos, pero nos alegramos de volver a un mejor nivel por la noche. Todavía nos hacen falta entre dos o tres décimas para conseguir luchar con los equipos con los que pretendemos luchar".
Además confía en que el paquete de mejoras que traerá Alpine en Imola surja efecto, y cree que la temperatura no les afectará en esta carrera ni en la de Portugal. Eso sí, por si acaso se va poniendo la venda de cara al verano, donde "podrían volver los problemas de temperatura". Veremos si en Imola al menos Alonso y Ocon pueden disfrutar.
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