Lo que vemos en la imagen es la Virtual Reality Cave (VRC) de Ford, una bonita virguería a la que sólo hay que perdonarle ese horrible apoyapiés de madera. La usan sus ingenieros en Estados Unidos para evaluar los diseños antes de llevarlos a producción, reduciendo los gastos de creación de modelos de “carne y hueso” y ahorrándose varios meses en el proceso de desarrollo.
Esta cabina de realidad virtual está en Dearborn, tiene el tamaño de una oficina y es idéntica a otra que Ford tiene en Alemania, lo que ayuda al desarrollo de plataformas globales para la marca, gracias a que se comparten los mismos datos y la misma visión desde ambos lados del Atlántico.
Se maneja mediante una computadora, cámaras y diseños CAD proyectados. El ingeniero se pone las gafas y la computadora se arregla para que según el movimiento de su cabeza cambien las imágenes que puede ver. Así se juzga la ergonomía, la claridad de visión tanto delantera como trasera, etc, y todo en sólo unos días una vez que se tienen los diseños CAD, mientras que crear un modelo físico tardaría 12 semanas.
Un ahorro muy parecido al que los programas CFD están logrando en aerodinámica frente a los gigantescos y caros túneles del viento.
Fuente | Ford