No, no queremos que nadie incremente la tasa de criminalidad de su pueblo, pero resulta llamativo que los Ford Interceptor que se vendieron a las policías estadounidenses entre 2013 y 2015 formen parte destacada de una masiva llamada a revisión de Ford. Los icónicos coches de la policía, al taller.
Entre coches patrulla y coches Ford que no lo son, hay 91.000 unidades en todo el mundo que presentan un problema relacionado con la alimentación. Según ha detectado Ford, las unidades defectuosas causan un apagado aleatorio del motor, y después no hay manera de volver a ponerlo en marcha. El sueño de cualquier maleante de película de persecuciones, hecho realidad.
Un riesgo vial en la bomba de combustible
El fabricante de Dearborn ha anunciado que cambiará el módulo de control de la bomba de combustible en todos los Ford Interceptor fabricados de 2013 a 2015, y también de los Ford Flex, Ford Taurus, Lincoln MKS y Lincoln MKT del mismo periodo, así como las bombas de inyección que incorporan algunas Ford Transit fabricadas desde el año pasado.
Fuera bromas ahora. Aparte del incordio que puede suponer que los vehículos no arranquen cuando se encuentran estacionados, está el riesgo para la seguridad de todos los usuarios de la vía consistente en una desconexión de la alimentación mientras los vehículos afectados se encuentran en marcha. A la vista de las características señaladas por la marca del óvalo azul, no parece que la llamada pueda afectar a los modelos Ford comercializados en España.
Vía | Automotive News