Imagino que muchos de vosotros, al igual que yo, os consideráis apasionados del mundo del motor (o eso espero). Con la historia que os traigo hoy puede que el concepto de apasionado se quede corto para nuestro protagonista o que nosotros, entonces, seamos meros aficionadillos a esto de la gasolina y las cuatro ruedas.
Desde Francia nos llega la historia de Pierre Scerri, un amante del motor que se enamoró de los Ferrari en su juventud y que quiso tener uno. Al no tener dinero para comprarlo, decidió hacérselo él mismo, aunque fuera a escala. Scerri puso el ojo en el Ferrari 312 PB que ganó en 1972 la Targa Florio.
Durante tres años, este hombre francés se dedicó a crear dibujos y esquemas en base a fotografías que había tomado del Ferrari en cuestión. A partir de aquí, comenzó a construir por sí mismo todas y cada una de las piezas que necesitaba para hacer realidad este Ferrari 312 PB a escala 1:3 que quería para su salón.
Scerri creó con sus propias manos todos los elementos que conforman el coche, desde los neumáticos o los faros de cristal, hasta el chasis, la batería, la caja de cambios, el motor o los relojes del cuadro de mandos, que por cierto, funcionan, al igual que el resto de componentes del vehículo.
El alma del vehículo es un motor de gasolina con lubricación por cárter seco de doce cilindros opuestos y una cilindrada de 100 centímetros cúbicos. La potencia es de 8 CV a 10.500 vueltas y nuestro amigo asegura que buscó que el motor sonara como el original.
Este apasionado francés calcula que invirtió al menos 20.000 horas en la construcción artesanal de su maqueta y tardó unos doce años en tenerla lista. Fue en Diciembre de 1992 cuando el doce cilindros cobró vida y nuestro protagonista dió el coche por finalizado. El vídeo que ilustra el artículo, con Jeremy Clarkson como anfitrión, no tiene desperdicio.
Vídeo | Youtube
Vía | GT Spirit
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