¿Eres purista? No leas, por el bien de tu salud. Resulta que Trident va a mostrar en el Salón Privé de Londres el 5 de septiembre algo revolucionario o el summum de la herejía: un deportivo diesel. Este coche, el Iceni Grand Tourer, solo se va a ofrecer con un 6.6 V8 Diesel.
El propulsor central delantero rinde 430 CV y 1.288 Nm a 3.250 RPM, es capaz de alcanzar los 100 km/h en menos de 4 segundos y pasar de 320 km/h. Si eso no es suficiente, tranquilos, hay una variante de 660 CV y 1.423 Nm. Para hacernos una idea, tendría la misma fuerza bruta que una grúa todoterreno Link-Belt RTC80100.
¿Y qué ventajas tiene? Según el fabricante, a 112 km/h, la velocidad máxima en Reino Unido, el motor gira a solo 980 RPM y dispone de 949 Nm de par máximo, le sobraría para tirar de dos o tres caravanas. Pero si no tira de ellas, con un consumo de poco más de 4 l/100 km —a esa velocidad— puede superar los 3.200 kilómetros por depósito.
Antes de que los ecologistas se me tiren al cuello con cuchillos reciclados o bambú, hay que decir que el motor se traga de todo. Funciona con gasóleo de origen fósil, biodiesel, aceite de palma o aceite de linóleo. Incluso si va bien colado, puede funcionar con aceite doméstico de cocina, usado o no.
El fabricante no nos ha dado más datos, aparte de su precio, costará 75.000 libras, unos 95.000 euros al cambio, que no es mucha cantidad por tan impresionantes prestaciones. Básicamente es un motor tan sobrado que con bajas exigencias, puede hacer consumos similares a un 1.3 turbodiesel de 75 caballitos.
Tampoco nos especifican si, acelerando a fondo, arruga el asfalto como la piel de un centenario o funde los neumáticos en un par de salidas de semáforo. ¿Será un coche cool para gente adinerada? Pronto para saberlo, lo que está claro es que se pasa por la piedra al 100% de los turismos diesel del planeta y un grandísimo porcentaje de los gasolina.
Si Rudolf Diesel levantase la cabeza, se le quedaría el pelo a lo afro, seguro.
