Desde que Bugatti renació en 1998 por todo lo alto como marca debajo del paraguas del Grupo Volkswagen, la oferta de la firma en su segunda juventud se ha compuesto sólo por un modelo. Primero fue el Veyron y posteriormente el Chiron, ambos ultradeportivos de lujo cuyo único propósito es ser los más rápidos del mundo (con permiso de Koenigsegg).
Desde entonces llevan coqueteando con un modelo de cuatro plazas cuya máxima expresión fue el 16C Galibier de 2009, una gran berlina de cuatro puertas. A la recioente afirmación de que "el modelo de cuatro puertas no está muerto" de Wolfang Durehimer (presidente de Bugatti), hay que añadir nuevas informaciones que apuntan a una posible aparición de un modelo 2+2 ¡híbrido!
Hay muchas papeletas puestas en la opción híbrida
Las informaciones proceden de Georg Kacher, un peso pesado de la industria automovilística europea, quien en en declaraciones a Automobile ha afirmado que el coche en el que Bugatti estaría trabajando es un 2+2 en configuración coupé más polivalente y más asequible que el Chiron y que contará con la asistencia híbrida para complementar a un motor térmico.
Hace un par de meses Durehimer no se cerraba ninguna puerta. Con las normativas de emisiones cada vez restringiendo más el desarrollo de nuevos propulsores térmicos se planteaba tanto las opciones de opciones de combustión como híbridas y eléctricas, siendo el término medio el que parece tener más papeletas para llegar a la producción. De las tres opciones la híbrida sería la más equilibrada entre lujo, emisiones y sensaciones de conducción.
Viendo que el sector está demandando cada vez más los cuatro plazas de altos vuelos, Bugatti podría haberse animado a entrar en la fiesta de las superberlinas y lanzarse a competir contra el Porsche Panamera y el ya confirmado Lamborghini de cuatro asientos que llegará en 2021.
De estas palabras se desprende que el futuro coupé de Bugatti compartiría la plataforma empleada en el próximo Lamborghini (compartida con Porsche a su vez), ambos coches con el motor colocado en posición delantera. Una configuración muy distinta a lo que viene usando Bugatti en sus últimas creaciones pero apoyándose en la iniciativa del Grupo VAG para compartir tecnologías entre empresas del grupo.
Esta actitud solidaria entre marcas se ha visto acrecentada después del Dieselgate, forzando a Volkswagen a minimizar costes de desarrollo y a maximizar el beneficio de cada una de sus plataformas adaptándola a varias de sus marcas. En este sentido hay ejemplos en todos los niveles, como el de Audi y Bentley utilizando para sus futuros eléctricos la plataforma del Porsche Mission E.
Más significativo y transversal aún es lo que ocurre entre los SUV de más renombre del grupo, con el Audi Q7, Porsche Cayenne, Bentley Bentayga, Lamborghini Urus y el próximo Volswagen Touareg utilizando las mismas entrañas.