En un mar de Volkswagen Transporter, Mercedes Sprinter y otras furgonetas camperizadas, las furgonetas clásicas son las que más destacan. Y puestos a destacar, por qué no hacerlo con la clásica más llamativa y original que pueda existir.
Hablamos del Citroën Type H, cuya producción en Francia y Bélgica, duró de 1947 a 1981. Y si además, es un armados de yates el que ha efectuado la conversión, tenemos una de las campers más originales que te puedas echar a la cara.
El Citroën Type H se mantuvo en producción desde 1947 a 1981, tuvo mucho éxito en Francia, Bélgica y Holanda. Hay incluso en la actualidad una empresa que transforma una Citroën Jumper actual en Type H. A lo largo de más de tres décadas en el mercado, el Type H sirvió para todo, desde furgón policial, de correos, de ambulancia y por supuesto de furgoneta de transporte.
Citroën proponía cuatro versiones: furgón, furgón de batalla larga, pick-up y chasis-cabina para que otras empresas montases sus propias carrocerías (furgón refrigerado, grúa, etc).
En los últimos años, las unidades que no han sido restauradas, suelen acabar fuera de Francia como food truck, en un curioso giro de historia, pues en los años 70 y 80 no era ver en Francia un Type H como food truck, sobre todo vendiendo pizzas o merguez, y en los mercadillos de pueblos y ciudades, convertidos en queserías o carnicerías. Y aunque seguramente hubo alguna que otra versión camper, no eran algo habitual.
Un interior de velero
Todo esto para decir que una camper sobre base de auténtica Type H es una rareza. Y es todavía más raro ver que está en venta en California (con 138.000 km y por tan sólo 29.000 dólares) tras ser importada de Holanda. Allí fue convertida en camper por un armador de yates y veleros, lo que explica el interior con temática marítima.
Por cierto, para los fans del modelo, que sea una versión holnadesa tiene su importancia. Y es que las puertas de apertura suicida (en el sentido inverso a la marcha) se mantuvieron en el H hasta el fin de su producción en 1981, salvo para las versiones holandesas. Éstas pasaron a disponer de puertas convencionales a partir de 1968.
La carrocería, completamente restaurada, cuenta con toldo, baca para transporte y una rueda de repuesto exterior, pero el toque vintage es el Bibendum de Michelin en lo alto del furgón. En los años 60 y hasta 80 era habitual ver los furgones de transporte y asistencia de Michelin con el Bibendum encima.
Una vez dentro nos encontramos con muebles de caoba e incluye un barómetro/reloj con acabado en latón, como lo encontraríamos dentro de un barco, y todas las comodidades que podamos desear en una camper, como fregadero, grifo eléctrico, tanque de agua, estufa de gas, batería para la alimentación en electricidad y una mesa que se puede plegar para servir de cama doble.
A nivel mecánico, el vendedor asegura que los frenos y la caja de cambios han sido revisados recientemente y el motor (un 4 cilindros 1.6 litros) está en buen estado. En la venta se incluyen varios repuestos, junto con documentación completa sobre sus 42 años de historia.
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