La marca del carnero, llegada recientemente a nuestro país de nuevo, sumó a su oferta el Avenger, una especie de híbrido entre berlinas grandes (por su tamaño) y los compactos (por su precio/calidad). Para el que no entiende de coches, el Dodge Avenger es un cochazo, musculoso y malote, que no puede pasar desapercibido por la calle. Sin embargo, su grandeza no es tal.
Buena elección para quien valore la estética y la exclusividad. No es por que sea caro ni mucho menos, es que por la carretera se ven muy poquitos. Para lucir orgulloso los cuernos y llamar la atención allí donde va. La galería fotográfica, con 54 imágenes, desmenuza todos sus secretos.
Exterior
El Avenger tiene un tamaño similar a la serie 5 de BMW o el Audi A6. Mide casi 5 metros de largo y su silueta apunta deportividad, aunque en comportamiento, no es tal. Debe parte de su longitud a los voladizos delantero y trasero, pues su habitáculo no es especialmente grande. Su estética agresiva supone un motivo de compra a los que estén interesados en él, aunque supone un lastre aerodinámico, por superficie frontal y Cx, 0,33.
Esta versión SXT Sport se diferencia de la SXT convencional por el tamaño de las llantas, que son de 18 pulgadas en vez de 17 y por el alerón posterior. Sólo se comercializa en estos acabados con motor diesel, el gasolina se relega al modelo básico. La salida de escape es muy discreta, tanto como la de un SEAT León 1.6. Al igual que muchas berlinas, la luneta trasera no dispone de un limpiador, tan necesario en los días de lluvia.
Está claro, el Avenger entra primero por los ojos. Pero pueden empezar a encontrarse lunares sin buscar demasiado. Por ejemplo, el portón del maletero no tiene revestimiento interior alguno, aunque cuenta con el dispositivo de salida de emergencia que se ve en la oscuridad, por si alguien se queda encerrado dentro. Al cerrar el portón, suena a chapa, como en un utilitario de hace 10 años.
Interior
El Avenger tiene mucho en común con el Chrysler Sebring, que cuando lo probé critiqué la calidad de sus acabados y el abuso de plásticos duros y ásperos al tacto. En el Dodge Avenger, el panorama no es muy diferente, aunque la diferencia de precio a favor de este suaviza las cosas, además, me ha parecido un poco mejor hecho. En cierto modo, le pasa como al Dodge Caliber, se nota dónde se ha ahorrado dinero. El plástico abunda, pero desentona menos que en el Sebring.
Se localizan elementos comunes al Caliber y Sebring, como las esferas del tablero de instrumentos, el climatizador manual, volante, palanca de cambios, guantera dividida en dos (la parte superior aloja 4 latas de 33 cl y está climatizada), el calentador/enfriador de bebidas, el cofre central con bordes de plástico no muy bien cortados, los asientos de cuero, etc. Es normal dentro del grupo Chrysler compartir elementos entre modelos similares.
En ergonomía, el Avenger satisface. El volante se puede regular en altura y profundidad, no hay mandos ocultos y es fácil encontrar una buena postura para conducir. A diferencia del Sebring, no hay un cableado mal oculto cerca del reposapie izquierdo, lo cual es muy de agradecer. Las versiones más equipadas tienen regulación eléctrica del asiento del conductor. El tapizado de los asientos es agradable, pero en el aspecto negativo, sujetan poco en las curvas y el respaldo me ha parecido un poco duro.
Un detalle que me ha gustado es el de la posición de la llave de contacto, pues reduce la posibilidad de lesión en la rodilla en caso de accidente. Eso sí, el plástico del salpicadero, duro, queda muy cerca de las rodillas. Esta característica también la he visto en una berlina de empaque y caché como es la serie 5 de BMW, con el asiento regulado para mi estatura, 1,72m. Al menos, en ese último caso, dolería menos debido al acolchamiento.
La intensidad de la luz del tablero es fácilmente regulable con una palanca, la de las luces. Regula a su vez la intensidad de la pantalla multifunción a color (la imagen es personalizable), útil por ejemplo al usar las luces de cruce de día, o para suavizar su impacto en conducción nocturna. Al respecto de las palancas, parecían un poco frágiles, como si no fuesen a durar mucho tiempo.
Si comparamos al Dodge Avenger con berlinas sacadas del segmento compacto, como el Volkswagen Jetta, se nota una diferencia a favor de los modelos europeos, que aciertan más con los materiales y los ajustes en general. El espejo retrovisor interior no tiene ese cable colgando que encontré en el Sebring, 300C o Jeep Grand Cherokee, pero claro, ¡este no es electrocrómico! Tiene algunos detalles de coche de lujo, y otros más bien del segmento utilitario. Curiosa combinación.
Tiene una dotación buena de portaobjetos, aunque algunos son propensos a la mejora. El espacio del conductor, a su izquierda, vale para cajetillas de tabaco y poco más: resbala. El cofre central puede causarnos una molestia si sacamos la mano sin mirar (véase conduciendo) por el corte de las rebabas, la guantera principal es un poco pequeña y sólo tiene un revistero. En las puertas traseras los huecos son pequeños, pero alojan con comodidad una bebida, y abatiendo el asiento central se tiene otro posavasos doble. Ideal para pasajes sedientos.
Los pasajeros de atrás tienen buen espacio para las piernas, no demasiado grande, pero con una buena anchura para sentarse. No destaca en altura libre, mejor para gente de estatura media, con más de 1,80m se toca la cabeza con el techo. La plaza central no ofrece mucho espacio para los pies, quitando eso, está bien. Opcionalmente, se puede tener un sistema de DVD que se esconde fácilmente con la tapa del reposabrazos central, con mando a distancia.
¿Qué tal se viaja en el Avenger? En general, es un coche cómodo, apto para viajes por buena carretera, aunque cuando es mala, lo acusa menos que otros rivales. El tarado es fundamentalmente blandillo, no invita a la conducción deportiva, al menos de serie. La sonoridad interior es contenida, aunque en autopista se nota un poco el ronroneo del motor diesel de origen Volkswagen. En 6ª a 120 Km/h son 2.500 RPM. Hay un leve silbido aerodinámico a la altura de la ventanilla, que empieza a molestar cuando se rebasan los 140 Km/h.
En cuanto al maletero, como suele pasar en muchas berlinas, tiene formas irregulares y hay que tener cuidado con el recorrido de las bisagras del portón. La capacidad es de 438 litros sin abatir los asientos, y estos tienen una configuración 60/40. Bajo el plano de carga tiene una rueda de repuesto de tamaño emergencia, es decir, una galleta.
En la próxima entrega, como siempre, comportamiento y dinámica.