Pues así, tal como suena. El máximo responsable de ventas y márketing de Audi, Peter Schwarzenbauer, ha fijado el objetivo en el final de la década para que sus vehículos puedan reconfigurarse por conexión inalámbrica.
Y eso no es todo. La influencia de la todopoderosa Apple y su iPhone llega al mundo del automóvil. De hecho, parece que la idea es tomar como referencia el sistema de aplicaciones del teléfono para incorporarlo a los modelos alemanes. Como punto de partida, el interfaz táctil que ha estrenado el A8.
Schwarzenbauer pone el ejemplo de los asientos calefactados: si se incorporaran de serie en los modelos, serían los usuarios los que decidirían si activar su funcionamiento descargando un paquete de software adicional, y por supuesto, de pago.
Parece imposible incorporar a la industria real algo semejante, y sin embargo, ya existe. El iPod Touch de Apple (¿empiezan a parecerse demasiado los planes empresariales?) de segunda generación incorporaba el sistema de conexión inalámbrica Bluetooth de fábrica, pero se necesitaba una actualización con coste para ponerlo en funcionamiento.
No hace falta que haga referencia a las inmensas diferencias entre un iPod y un Audi, pero parece que la tendencia está clara. Se ha hablado de que otros elementos, como configuraciones de chasis, o actualizaciones en los equipos de sonido también tendrían sus propias apps descargables.
La iniciativa de los extras vía Internet podría ayudar a flexibilizar las cadenas de montaje de la compañía; hasta resucitaría el fenómeno de los vehículos en stock. Se podrían enviar a los concesionarios unidades que los conductores personalizarían modificando su software. Eso sí es un configurador online.
Vía | Autocar
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