Ford Fiesta 5p 1.6 TDCi, prueba (parte 2)

Ford Fiesta 5p 1.6 TDCi, prueba (parte 2)
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El anterior Ford Fiesta dejó el listón en buen lugar, ¿será capaz el nuevo de superarle? Pues vamos a verlo. De momento casi todos los motores y el esquema de suspensión son iguales, pero ha cambiado por ejemplo la plataforma: es más ligero a pesar de ser más grande.

El motor probado es el 1.6 TDCi de 90 CV, ya de sobras conocido en el grupo PSA-Ford, pero con algunos ajustes en la electrónica. Es el segundo motor diesel más potente, y no hay opciones por encima en la gama.

De hecho, en la gama anterior, no hubo ningún motor TDCi de más potencia, ni parece que vaya a haberlo ahora. Según el jefe de prensa, “no tiene sentido”.

Conducción y dinámica

El Ford Fiesta 1.6 TDCi es una de las opciones más equilibradas de la gama: ni anda mucho, ni poco, y tiene un consumo contenido. La marca declara 4,2 l/100 km para este motor, y ahora es cuando yo digo eso no se lo cree ni él. Este coche sale demasiado beneficiado del ciclo de homologación europeo, las cifras no son acordes a la realidad.

Ford Fiesta 5p

Conduje el Fiesta en población, autovía a 120-130 km/h, secundarias… y fue un poco complicado bajar de 5 litros. ¿Por qué hay tanta disparidad? Básicamente por los desarrollos del cambio, el motor va siempre muy revolucionado, como ya mencioné antes. Si vamos a 130 km/h clavados en quinta (unos 120 km/h según GPS) la aguja del tacómetro está en 3.000 RPM, cuando un Ibiza 1.9 TDI en quinta va a poco más de 2.000 RPM.

Cuando circulamos despacito, pongamos 80-100 km/h, no es difícil obtener consumos ajustados, el motor va bajo de revoluciones. A velocidades legales todo el rato, yendo a los límites, no gasta 4,2 l/100 km ni de broma. O eso, o la unidad de prensa tenía una falta de ajuste notable. Me declaró entre 5 y 6 litros, dependiendo de por dónde me estuviese moviendo.

Ford Fiesta 5p

El motor pide la sexta a gritos, pero carece de ella. Se ven penalizados los consumos reales, aunque a cambio el Fiesta es capaz de hacer gala de una capacidad de recuperación notable en cualquier relación de cambio. Adelantando en quinta sería más rápido que el Ibiza TDI más potente, pero ¿acaso eso tiene mucha importancia?

Dejando al lado el mal aprovechamiento del motor, tengo que protestar por su aislamiento. Los primeros kilómetros a bordo del Fiesta esperaba que las vibraciones fuesen más contenidas, no es muy diferente al Ibiza 1.9 TDI de 90 CV, con un sistema de inyección más rudimentario: bomba-inyector. Se aprecia fundamentalmente a bajo régimen, cuando se anima va a menos.

Ford Fiesta 5p

Este motor es todo progresividad, en ningún momento parece dar tirón o una respuesta más enérgica como sí tendríamos en un TDI. Se parece todo lo posible a un gasolina, pero está claro que no lo es. La autonomía oficial es de más de 1.000 km, pero yo apuntaría más a 800 km y pico.

En el nuevo Fiesta llama la atención el cambio que ha pegado el tacto de la dirección. Se abandona la asistencia hidráulica por una totalmente eléctrica, que sólo consume energía cuando se gira el volante. Ahora, a igualdad de giro de volante, el nuevo gira más, pero el tacto ha empeorado.

Ford Fiesta 5p

Tenemos la sensación de que la dirección está demasiado blanda y no transmite adecuadamente al conductor el estado del firme que vamos pisando. Para recorridos urbanos es muy cómoda de accionar y supone más confort cuando se callejea por lugares muy estrechos o en parkings. En carretera ha ido a menos.

Al Fiesta anterior le critiqué el tacto del cambio y del pedal del freno. Eso ha quedado solucionado con el nuevo modelo, el recorrido de las marchas tiene mejor tacto y el pedal del freno es más preciso. A este respecto, hay que señalar que sigue utilizando frenos de tambor en el eje trasero. Aun considerando este aspecto, su rendimiento me pareció satisfactorio.

Ford Fiesta 5p

Es menos nervioso que el modelo que reemplaza. Ahora la situación está siempre mejor controlada, ya sea por obra del ESP perfectamente tarado o por lo que sea. Hasta buscándole las cosquillas apoyándome en la parte con gravilla de una curva no me costó ningún esfuerzo enderezarlo, aunque no iba muy rápido. Iba normal.

Ahora vamos sentados en una postura más dinámica, se aprecia más la carretera. Perdemos un poco de tacto preciso de dirección y nerviosismo, pero en trazados rizados, con el asiento bajo, transmite más sensaciones. Si no vamos buscando el límite entonces es un poco más marchoso que el anterior.

Ford Fiesta

No tiene la misma tendencia sobreviradora que su primo de plataforma Mazda2, el comportamiento del Fiesta me convence mucho más. Conduciendo normalmente y en situaciones razonables de emergencia me parece que el pequeño del óvalo es una elección segura y fácil de controlar cuando las cosas se complican.

El mencionado problema de motor revolucionado se traslada en que un viaje largo se hace más pesado, sobre todo cuando se va rápido. El tarado de la suspensión en todo tipo de carreteras es perfecto para mi gusto, que no tiene por qué coincidir con el de todo el Mundo.

Ford Fiesta 5p

Era un término medio exacto entre efectividad y confort, característica común a varios Ford, como Focus y Mondeo. Respecto a los neumáticos, recomiendo cambiar cuando sea posible los de serie por unos de menor resistencia a la rodadura para consumir menos. Los que lleva de serie me parececieron satisfactorios en prestaciones en mojado y seco.

Recomiendo echar un ojo al motor 1.6 gasolina. En el Fiesta anterior, el 1.6 de 100 CV me pareció divertidísimo, aunque gastase más de la cuenta. En esta generación, el 1.6 da 120 CV, el “rival” del motor comentado es el 1.4 de 97 CV, prácticamente con las mismas prestaciones y que consume 5,7 l/100 km (de ficha, evidentemente).

Continuará...

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