Li Shufu es el presidente de Geely, la empresa china que ha comprado Volvo, además de uno de los hombres más ricos de China. Aunque ha afirmado que los suecos mantendrán su independencia, estoy seguro que su influencia sobre Volvo se va a notar. Entre otras razones porque Li Shufu es bastante ambicioso y quiere sacar a Volvo de su posición para competir en ligas mayores.
A Li Shufu le gusta describirse como el Henry Ford chino, ambos crecieron en granjas y ambos desarrollaron un interés en el motor. Y curiosamente sus firmas han acabado poseyendo la misma compañía, Volvo. Las ambiciones de Li Shufu pasan por fabricar 400.000 coches en 2011, que pasarán a ser dos millones en 2015.
En estos planes Volvo encaja fabricando 600.000 coches ese año. Algo complicado teniendo en cuenta que en 2009 sólo vendió 335.000 coches. Para llegar a este nivel de ventas se pretende que Volvo compita con los fabricantes alemanes, especialmente en China. Porque China va a ser fundamental en el futuro de Volvo, ya está planeada la apertura de una fábrica nueva para abastecer el mercado chino.
Vía | The Economist
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