Un carrito de golf con muy malas pulgas

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Los carritos de golf son unos incomprendidos. Su escasa potencia y su carácter tranquilo los relegan a ser simplemente útiles de transporte. Cosas con ruedas que te llevan del punto A al punto B y poco más, sin más pretensiones.

Pero las cosas cambian si le ponemos el motor de una Yamaha R1. Vaya si cambian. Pasan de ser lentos y aburridos a convertirse en divertidos cochecillos con los que hacer caballitos y disfrutar en un banco de potencia.

No, no llegan a hacerle la competencia al Hurst HEMI Under Glass, pero oye, sus ratos de diversión si que va a darle sus creadores.

Vía | diariomotor.com
En MotorPasion | Cómo aparcar un carrito de golf

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