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HOY SE HABLA DE
Si no fuese por las risas de la gente que presencia este “espectáculo”, podríamos pensar que se trata de algún tipo de psicópata destroza coches o uno de esos conductores que pierde la calma con la cocaína.
Pequeña reflexión sobre el “sacrificio” de coches: es curioso cómo la relatividad de los precios nos puede hacer valorar las acciones de forma distinta, quizás si decidieran destrozar dos viejas impresoras no nos llamaría la atención, pero al ser coches la situación es más dolorosa.
Lo que habría que preguntarse es si el coste relativo en Estados Unidos de esos dos viejos coches son para nosotros como dos viejas impresoras. Aunque, por otra parte, si los coches estaban funcionando bien, el tema es un poco más complicado.
Vía | Jalopnik