El viernes pasado será recordado en Fridley (Minnesota) como el día que volcó el coche policía, o el día del mayor "poli fail" que ha conocido aquella localidad americana. El suceso ocurrió antes de comenzar el fin de semana, la mañana del viernes, cuando una patrulla estaba detenida tranquilamente en un semáforo haciendo su ronda.
De forma inexplicable, el conductor de un Oldsmobile no ve a los coches patrulla (el que graba desde atrás es otro coche de policía) y se salta el semáforo en rojo. El resto del vídeo, o es cosa de Murphy o el infractor había calculado su fechoría de forma magistral, porque aún sigue sin ser identificado y en paradero desconocido.
Tras conectar los rotativos, la primera patrulla comienza la persecución con su Ford Explorer, pero no duraría mucho, de hecho no consiguen ni pasar el cruce. Al arrancar con el semáforo en rojo, un Toyota Camry que venía en la otra dirección no consigue parar a tiempo y termina impactando contra la patrulla.
Da la casualidad que tras el impacto lateral que hace perder la trasera al Explorer, la rueda trasera izquierda choca contra el bordillo de la mediana, lo que le da el toque de gracia definitivo provocando el vuelco del coche de policía.
Por suerte, todos los implicados se encuentran bien y no hubo que lamentar más algunas heridas leves, pero seguro que a partir de ahora el policía mira a ambos lados de las intersecciones antes de cruzar, aunque sea en acto de servicio. Al del Oldsmobile le siguen buscando.