Cuando vas a rodar en circuito, debes contar con que quizá algunas partes de tu coche acaben el día mal. El desgaste es algo duro para los neumáticos y los frenos, puede que la chapa sufra algún encontronazo... Son cosas con las que sabes que antes o después te puedes encontrar.
Quizá por eso no debería sorprendernos demasiado la reacción de Chris Wiita cuando una de sus llantas Forgestar F14, la delantera izquierda, decidió alejarse del Honda S2000 que la montaba para irse a dar unas cuantas vueltas por el mundo y por su cuenta. Llevaba 14 días montada.
Un 10 para la estoica reacción de Chris Wiita ante semejante brownie, con el que se encontró en el circuito de Buttonwillow (California, Estados Unidos). A falta de un plano lateral en el que se vea la rueda saltando por los aires, siempre podemos resumir la idea así:
Cuenta Chris Wiita que los primeros seis días montó Hankook Ventus RS3, los siguientes seis días utilizó Toyo Proxes R888, y entonces cambió a Bridgestone Potenza RE-71R para tener mayor agarre y poder soportar mayores cargas transversales... con los resultados que hemos visto. El neumático aguantó, pero la llanta no lo hizo.
Moraleja: Como en circuito el coche sufre lo suyo, vale la pena inspeccionar a fondo los elementos más expuestos al sacrificio. Chris Wiita admite que él no lo hizo. Se quedó en un vistazo por fuera, pero sin desmontar las ruedas para examinarlas por la parte del buje.
Por cierto, que a la vista de lo sucedido, Forgestar ha ofrecido a Wiita una compensación por las llantas, las ruedas y la rótula masacradas en la realización de esta acrobacia. Un buen detalle para acabar una historia que mezcla pasión, ambición y un poco de atolondramiento, también.
Vía | Black Flag - Jalopnik
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