En épocas de grandes desplazamientos, como puentes y vacaciones, es habitual ver en algunas autopistas un carril adicional delimitado con conos al otro lado de la mediana. Es una solución temporal y para mi gusto un tanto peligrosa. Al fin y al cabo, una de las ventajas de las autopistas y autovías es que todos los carriles de la vía van en el mismo sentido y no viene tráfico de frente. Con es sistema de los conos se pierde la separación entre los sentidos de circulación.
Una empresa californiana, Lindsay Corporation, aporta una solución más segura, aunque sin duda no más barata: la máquina cremallera que desplaza una mediana de hormigón. Y verla actuar es algo hipnótico.
Descongestionar las grandes vías de acceso y salida de las grandes urbes es un problema endémico. Los carriles Bus-VAO son una posible solución, pero es una infraestructura costosa de poner en marcha y que no siempre da los resultados esperados. La gracia de los carriles reversibles es que se habilitan y deshabilitan en función de las necesidades del tráfico. Hasta ahí, nada nuevo. Pero si ese carril adicional le puedes dar un plus de seguridad instalando una mediana de hormigón, tienes la solución casi perfecta a los problemas de tráfico en horas punta.
Esta máquina mueve unos bloques de hormigón de 500 kg unidos por un cable de acero de un lado a otro del carril al ritmo de 12 km/h. Y si pones dos máquinas puedes incluso ampliar la vía con dos carriles adicionales en lugar de uno.
Actualmente en servicio en varias zonas de Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia, el sistema ha mejorado el tráfico en todas las zonas en las que se ha implantado. En Sidney, Australia, se usa para crear un carril bus en las horas puntas, disminuyendo en 18 minutos el trayecto de acceso o salida de Sidney.