Desde el punto de vista de los conductores, los resaltos o reductores de velocidad, también llamados popularmente “badenes”, son molestos. Pero hay quien considera que estos elementos son muy útiles para regular la velocidad de los vehículos en ciertas calles porque disuaden de ir rápido o directamente obligan a pegar un frenazo para reducir la velocidad.
El problema es que en algunas localidades se les va de las manos lo de poner resaltos. Muchos no cumplen con la normativa (en casi todos los municipios está regulada de alguna manera su instalación) y los hacen más grandes de la cuenta o los colocan donde no deben. Incluso hay sitios donde se ponen por partida doble.
Roces y frenados constantes por culpa de dos resaltos que no dejan títere con cabeza
Si vives en la zona o pasas habitualmente por un lugar donde hay resaltos digamos que cuestionables, enseguida lo aprendes y te acostumbras (o te resignas) a pasarlos a velocidad ultra lenta para no dañar tu vehículo y, en muchos casos, para evitar que se te descoloquen las vértebras.
El problema es cuando pasas por primera vez por un resalto más alto de la cuenta o que está mal planteado, por la razón que sea. Si lo ves a tiempo, frenarás de golpe para evitar males mayores y si no lo ves, tú, tú vehículo y, si llevas ocupantes también ellos, os lo comeréis sin poder hacer nada.
Esto último sucede a menudo en un municipio de Estados Unidos del que no ha trascendido el nombre, sin embargo, uno de sus resaltos, o más bien dos de sus resaltos (están colocados uno detrás de otro), se han hecho virales.
Un vecino los tiene situados justo delante de su casa y, como son dos resaltos especialmente bestias y están colocados muy seguidos, es habitual que cada día se los “coman” unos cuantos vehículos, a menudo de forma bastante llamativa. Es algo a lo que los vecinos del barrio se han acostumbrado y los que viven en la casa que está justo delante de los dos resaltos tuvieron dos ideas geniales: grabar cómo pasan los vehículos por estos resaltos y compartirlo con todo el mundo a través de YouTube y otras redes sociales, como Instagram.
El canal de YouTube se llama Speed Bump Olympics y desde que se abrió en abril de 2022 sus vídeos, que ya superan el centenar, acumulan más de 5,5 millones de visualizaciones.
La descripción del canal es sencilla: “Vídeos de badenes y de las personas que no les prestan atención estando allí. Síguenos en TikTok para ver los vídeos diarios de personas que fracasan. Límite de velocidad 25 mph, advertencia de 10 mph antes de los baches con señalización en la calzada y en las señales”.
Los vídeos son siempre iguales: coches, camiones, furgonetas o motos que circulan por la calle se encuentran de repente con estos dos resaltos y “se los tragan”.
En función del vehículo y de la velocidad a la que circula, el resultado es más o menos llamativo. En cada vídeo hay una recopilación de varios “encontronazos” entre todo tipo de vehículos y estos dos resaltos y lo cierto es que es verlos engancha.
Merece la pena ver los vídeos con el sonido porque es más fácil hacerse una idea de lo bestias que son estos dos resaltos y las consecuencias que provocan en algunos vehículos, sus paragolpes, su suspensión y sus bajos.
Como señala Carscoops, la Administración Federal de Carreteras de Estados Unidos deja claro que estos resaltos deben cumplir con unas medidas, pero tiene pinta de que los protagonistas de estos vídeos no las cumplen. En España sucede habitualmente en muchos municipios.