El fabricante del óvalo aprovecha la oportunidad de uno de los eventos que rinden culto y tributo a la potencia americana para establecer un hito. El primer coche de propulsión que va a montar el 3.5 V6 EcoBoost va a ser un ‘34 Ford Coupe restaurado y preparado para la ocasión en colaboración con Detroit Street Rods y Experi-mental.
El motor de serie entrega 355-365 CV en modelos de producción (Ford Taurus, Flex, Lincoln MKS y Lincoln MKT) pero le han apretado hasta los 400 CV y el par típico de un V8. Lo han incrustado en el vano del clásico con ingenio y llave inglesa cambiando la ubicación de los turbos, ya que tiene dos.
Tiene turboalimentación e inyección directa, como los TFSI, forman parte de la estrategia downsizing de Ford a medio plazo. Hasta el año que viene no se produce el 3.5 V6 EcoBoost para modelos de producción y tracción trasera, y será la Ford F-150. Este motor es un sustituto de los 5.0 V8.
De vuelta a este hot-rod, recibe la potencia motriz en una caja de cambios Tremec TKO de cinco velocidades, que digiere perfectamente tanto par. La construcción del coche es en aluminio, tendrá pantallas, elevalunas eléctricos, A/C o paragolpes totalmente custom.
Los ingenieros de Ford Powertrain se encargan de que la puesta a punto de la mecánica y el coche en general sea la idónea. Lo que quieren es presumir de tecnología, un 20% más de potencia y 15% menos emisiones respecto a un motor más grande. Como si hubiesen inventado la pólvora…
Esta ofensa a la religión del “no replacement for displacement” supone un cambio de mentalidad, ya no vale el caballo grande ande o no ande, la eficiencia está un poco más a la vista. Si Ford, Chrysler y General Motors se apuntan al downsizing, es que a la filosofía clásica de coche americano le queda poquito ya.