He tenido que leerlo para creerlo, pero tenemos un nuevo episodio del Caso Pedalgate entre manos. El Toyota Prius II no está dentro de la lista de coches llamados a revisión por problemas de aceleración incontrolada, sí estuvo llamado a revisión por las alfombrillas que podían atascar el pedal (Estados Unidos).
El Toyota Prius III ha sido llamado a revisión por un probable funcionamiento anómalo del freno, cuando se utiliza el freno eléctrico bajo condiciones de baja adherencia. Dicen que la excepción confirma la regla, y en EEUU ha pasado algo curioso. El lunes, un Prius II sufrió un atasco de acelerador.
No tiene nada que ver con la alfombrilla, de hecho, dos semanas antes fue a un concesionario Toyota a revisión y al no estar incluido en la llamada a revisión, no se revisó. James Sikes estaba conduciendo por la Interestatal 8, California, y quiso adelantar a otro coche. Pisó el acelerador a fondo.
Entonces el pedal quedó atascado (es electrónico) y el coche empezó a acelerar hasta 150 km/h, casi su velocidad máxima. El conductor intentó frenar el coche, pero fue incapaz. Tras unos cuantos kilómetros de “persecución” llamó a emergencias y fue posible detener el coche sin consecuencias.
Fue una combinación de pendiente ascendente, pisar freno a fondo (a petición de un agente de tráfico por megafonía), apagado del motor y que el coche patrulla se puso por delante para frenarlo, pero sin llegar a colisionar. Desde el 911 (como el 112 aquí) le recomendaron quitar la marcha, pero iba con el teléfono en la mano derecha y no podía hacerlo (hay que joderse, con perdón).
En primer lugar, me alegro que no haya tenido consecuencias. A continuación me pregunto qué habría pasado si este señor hubiese insertado punto muerto. Solo a 12 millas de donde ha pasado esto, ocurrió el accidente de un Lexus por atasco de acelerador que provocó cuatro muertos y el inicio de las llamadas a revisión masivas.
James Sikes debe sentirse afortunado por tener un coche que no corre más. Su Prius, de 2008, está siendo investigado tanto por técnicos de la NHTSA como por ingenieros de Toyota, que no se explican lo ocurrido. No se sabe si ha sido un fallo totalmente aleatorio o que va a tocar revisar también estos coches.
La verdad es que este suceso no podía venir en peor momento para Toyota, que se enfrenta a su mayor crisis de popularidad en EEUU en su historia. En el resto del Mundo Toyota tiene problemas, sí, pero no de la misma magnitud de los que tiene en el Nuevo Mundo. Pero no se acaba aquí la polémica.
El Wall Street Journal ha publicado que Toyota piensa llamar a revisión otra vez a los Prius II (2004-2009) por problemas de alfombrillas que pueden atascar el acelerador. Toyota lo ha desmentido, esa llamada a revisión ya se produjo con fecha 2 de noviembre, que puede encontrarse en su página de prensa.
Profesor Gilbert Versus Toyota
A colación de todo esto, el 22 de febrero el profesor David Gilbert, de la Universidad de Illinois del Sur, demostró que los Toyota y Lexus podían sufrir una aceleración involuntaria por problemas en el sistema electrónico, y que eran un riesgo. Toyota contrató los servicios de una empresa externa para comprobarlo.
La empresa externa, que es Exponent (uno de los líderes del país en ingeniería y consultoría sobre automóvil, según Toyota), llegó a la misma conclusión que los técnicos de Toyota. Esa aceleración se debía a una manipulación de los circuitos del coche que bajo ningún concepto ocurriría en el mundo real.
Es decir, Toyota acusa al profesor Gilbert de haber manipulado su análisis, al alterar las características originales del coche. De hecho, reproduciendo los pasos del profesor Gilbert, se ha conseguido aceleración involuntaria en coches de otras marcas (*). Y a partir de aquí, que cada uno saque sus propias conclusiones.
¿Es posible detener un Toyota Prius en caso de emergencia?
¿Se cae el mito de la fiabilidad del Toyota Prius otra vez? Es pronto para sacar conclusiones. ¿Es el coche del señor Sikes un caso único? ¿El fallo se puede reproducir en otras unidades? ¿Qué tuerto ha mirado a la marca japonesa en Estados Unidos? Se supone que este incidente concreto nunca había pasado antes.
De todas formas, el mismo coche del señor Sikes aparentemente tuvo un problema de aceleración que desapareció enseguida, según su mujer. Sin embargo, tengo razones muy fundadas para pensar que este señor no tiene la correcta formación al volante, y aportaré pruebas. Se trata de un par de vídeos hechos por una particular.
Carolyn nos desmuestra que parar un Prius II “loco” es coser y cantar. En el primer vídeo, Carolyn demuestra que basta con pasar la transmisión de “D” a “N” y cesa la aceleración sin ningún problema. En el segundo, vemos cómo pulsando el botón de encendido tres segundos, se desconecta el motor (pero conserva dirección y frenos).
Ojo, el velocímetro está en millas por hora. 60 mph = 96,56 km/h. Estos vídeos se publicaron en noviembre de 2009.
Por cierto, el propio James Sikes ha declarado que volverá a conducir su Toyota Prius cuando se lo devuelvan.
NOTA: En la contrademostración pedida por Toyota se comprobó que el mismo efecto se logró en 2010 Toyota Avalon, 2009 Mercedes E 350, 2003 BMW 325i, 2008 Honda Accord, 2005 Chrysler Crossfire y 2006 Subaru Outback. Más información en Toyota Pressroom.
Vídeo | Youtube
Fuente | Yahoo!/AP, CBS News
En Motorpasión | Cobertura sobre el Caso Pedalgate