El proyecto HyICE de la UE era la primera cooperación transatlántica relacionada con el motor de hidrógeno, pero visto como única fuente de energía, y no como un híbrido en el que también interviniese la gasolina. Después de tres años, parece haberse optimizado el motor de combustión interna de hidrógeno, con ventajas en prestaciones y costes.
En dicho proyecto, coordinado por BMW, se han desarrollado dos métodos de formación de la mezcla de aire (inyección directa y mezcla externa en frío), que han sido probados en motores para turismos y autobuses urbanos. La potencia lograda es de 100 kW por litro de cilindrada, duplicándose las prestaciones y reduciéndose el consumo.
Como parte del trabajo, la compañía sueca Mecel Engine desarrolló un sistema de encendido ajustado a la alta volatilidad del hidrógeno, otro de los grandes problemas que dificultan la extensión de esta tecnología.
Fuente | BMW