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Cuando hablamos de frenos cerámicos pensamos inmediatamente en deportivos de gama alta que necesitan una gran resistencia al calor en esta pieza fundamental. Incluso en modelos como el Porsche 911 Turbo son opcionales y cuestan más de 6.000 euros.
Según cuenta la revista AutoWeek, Audi está trabajando conjuntamente con la empresa alemana SGL Carbon para producir de una forma más económica frenos con componentes de carbono y cerámica y poder así incluirlos como una opción aceptable en coches de gamas más bajas. Se estima que su producción podría costar menos de 400 euros por disco, 1.200 euros por coche.
Vía | autoblog.it
Más información | Motor Authority