Ayer tuvo lugar la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, una celebración dónde se ensalzó todo lo británico, y como no podía ser de otra forma la marca de coches de lujo por excelencia estaba allí, Rolls-Royce.
Tres Rolls-Royce Phantom Series II Drophead Coupés todos ellos en color blanco se encargaron de llevar a tres artistas británicos por el interior del estadio olímpico, mientras cantaban y se lucían en los coches descapotables, que iban conducidos por personal de la propia marca.
Todo esto no hubiese sido noticia si no fuese porque esos tres Phantom Series II Drophead Coupés tenían algunos detalles especiales. Por primera vez en los 108 años de historia de la compañía, la insignia con la doble erre (RR) había dejado paso en el frontal del coche y bajo el espíritu del éxtasis, a una insignia conmemorativa de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Algo similar ocurre en otros detalles de los coches, como los centros de las ruedas que manteniendo siempre su posición paralela al suelo lucen los textos “London 2012, Citius, Altius, Fortius” como lema de las olimpiadas.
El centro del volante también ha visto como ha desaparecido la RR y ha dejado paso a una corona de laurel y a la antorcha olímpica. Para dejar constncia de que estos eran tres coches muy especiales y que no saldrán a la venta, en los interiores de las puertas unas placas identificativas indican que son “uno de tres”.
No olvidemos que Rolls-Royce, por mucho que le duela a los británcios, en la actualidad es una marca en manos del Grupo BMW. A pesar de ello, los alemanes han sabido mantener casi intacto el espíritu británico del que siempre ha hecho gala Rolls-Royce, y han conseguido con detalles como este seguir recordándo la grandeza que esta marca ha tenido desde que se fundó en el año 1904.
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